lunes, 14 de julio de 2008

Navegantes


Giovanni Quessep

Cubierta de coral y algas marinas

en el fondo reposa
la barca. De las piedras
salen grises moluscos
y tenazas azules y escarlatas.
En ella cuántas veces
vinimos a esta isla de lirios y mandrágoras
en busca de los frutos de la vida,
sin oír que en la puerta de roble alguien cantaba:
solos y oscuros iban los navegantes en la noche,
y era la noche el alba de las secretas maravillas.
Carta imaginaria
Giovanni Quessep

2 comentarios:

Higinio dijo...

En nuestra juventud (no hace mucho tiempo)navegamos también, como en el poema, en una barca por las marismas del Urdaibai.
La "Macarra 6" era de madera, como la nave de Ulises, y no menos manejable que el Enterprise de Kirk.
Surcando las aguas nadie permanecía ocioso en la "Macarra 6".El piloto dirigía.Dos remaban y el resto...achicaba agua.
La playa y el cielo eran nuestros horizontes.

Ar Lor dijo...

Y nos dedicábamos a coger mejillones (tigres), zambulléndonos a poca profundidad y después a zampárnoslos en kanala.