En el viaje no importan las ciudades, los climas extranjeros,
los hijos que te nazcan en mujeres de paso nada importan.
Hay mujeres, hay climas, hay hijos y ciudades
aunque te quedes quieto allí donde naciste.
Lo que importa en el viaje es saberse en el viaje,
desde ningún lugar hacia ninguna parte, de nuevo en el camino.
La vida de frontera
Carlos Marzal
lunes, 18 de julio de 2011
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