jueves, 10 de diciembre de 2009

No dudes que ella gira, como tú y yo, impotente.

Fuente de la imagen:NYPL Digital Gallery (detalle)
Rubaiyat
(CXLIII cuarteta)

A esa bóveda inmensa a la que llaman cielo,
bajo la cual vivimos y morimos los hombres,
no intentes levantar tus ojos implorantes.
No dudes que ella gira, como tú y yo, impotente.
Rubaiyat
(Prólogo, traducción del árabe y notas de Jose Gibert)
(Puestos en verso castellano por Diego Navarro)
En la hora en que el alba asoma por oriente
Omar Jayyam

5 comentarios:

Gavilán dijo...

Siempre que leo a este hombre siento que formo parte de algo grande, muy grande, y desaparecen mis miedos. Gracias, Ar Lor, por traerlo hasta aquí de nuevo.

Ar Lor dijo...

¡Gracias Gavilán.
Es cierto. Cuando lees a Jayyam, piensas que no te hace falta nada. Unos libros, un jardín y algo de lo que mencionan los rubâi...y quizás...internet.

Gavilán dijo...

¡Y amigos! Él los tenía, y buenos.

Ar Lor dijo...

Eran tres amigos y se juraron ayudarse unos a otros. ¿Creo que eso nos suena? ¿Verdad?
Desde luego que amigos, un jardin, una biblioteca y Epicuro y Jayyam.

Gavilán dijo...

amén.