domingo, 31 de enero de 2010

Un tifón

Joseph Conrad. Un tifón. Ediciones G.P. 1958. Cubierta de Chaco.
Hacía el "Nan-Shan" la travesía desde el sur al puerto de Fu-chau, con algo de cargamento en las bodegas y doscientos coolíes que regresaban a sus casas pueblerinas de la provincia de Fo-kien, después de trabajar durante algunos años en varias colonias tropicales. Hermosa era la mañana: el mar oleoso alzábase como en rítmicos latidos sin producir ni una chispa de agua y en el cielo aparecía blanca mancha nebulosa como si fuera aureola del sol. La parte de proa de la cubierta hallábase llena de chinos, en apretada masa; llena de oscuros ropajes, rostros amarillos y largas coletas, destacándose, de cuando en cuando, bastantes hombres desnudos, pues no soplaba el viento y el calor era sofocante. Los coolíes, haraganeando, charlaban, fumaban o se entretenían mirando junto al barandal; algunos, recogiendo agua desde los costados del barco, inundaban con ella a otros, que les correspondían de igual modo; unos pocos dormían sobre los cuarteles, mientras que varios grupos, de media docena cada uno, permanecían sentados sobre los talones, formando corro en torno de bandejas de hierro que contenían platos de arroz y tacillas de té; y era de notar que cada hijo del Celeste Imperio llevaba consigo cuanto poseía en el mundo...; un cofre de madera con cerradura sonadora y refuerzos de cobre en los ángulos, cofre que contenía todos sus ahorros reunidos a fuerza de trabajo; algunos trajes de vestir; barritas de incienso; acaso un poco de opio; mil cosillas sin nombre, de valor puramente convencional, y un pequeño repuesto oculto de dólares en plata, afanoso producto de alijos de carbón, ganancias procedentes de casas de juego o de tráficos más o menos ruines, dinero arrancado a azadonazos de la tierra, adquirido a fuerza de sudores en las minas, en los trabajos de las líneas férreas, en mortíferos y selváticos lugares, cargando enormes pesos..., tesoro amasado pacientemente, guardado cuidadosamente, querido con pasión.

Un tifón
Joseph Conrad

1 comentario:

Ar Lor dijo...

Hoy eres un auténtico tifón, con las entradas. Chapeau, Higinio.