sábado, 27 de febrero de 2010

Piedra

Johannes Wessmark. Maidbay. Bahía de las doncellas.

La piedra, quieta,
callada, ocupa siempre
con violencia un espacio.

Con la fija obsesión
de no dejarlo.

Puntos de fuga
Lorenzo Oliván

1 comentario:

Rosa María dijo...

Es la posesión un ejercicio tan usual, que hasta las duras piedras de aferran a posicionar su parcela y hacerla propia.
Un saludo,
Rosa María


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