domingo, 11 de abril de 2010

El viejo y el mar

Hemingway. The old man and the sea.

Un pajarito vino volando hacia el bote, procedente del norte. Era una especie de curruca que volaba muy bajo sobre el agua. El viejo se dio cuenta de que estaba muy cansado.
El pájaro llegó hasta la popa del bote y descansó allí. Luego voló en torno a la cabeza del viejo y fue a posarse en el sedal, donde estaba más cómodo.
-¿Qué edad tienes? -preguntó el viejo al pájaro-, ¿Es éste tu primer viaje?
El pájaro lo miró al oirlo hablar. Estaba demasiado cansado siquiera para examinar el sedal y se balanceó asiéndose fuertemente a él con sus delicadas patas.
-Estás firme -le dijo el viejo-. Demasiado firme. Después de una noche sin viento no debieras estar tan cansado. ¿A qué vienen los pájaros?
"Los gavilanes -pensó- salen al mar a esperarlos". Pero no le dijo nada de esto al pajarito que de todos modos no podía entenderlo y que ya tendría tiempo de conocer a los gavilanes.
-Descansa, pajarito, descansa -dijo-. Luego ve a correr fortuna como cualquier hombre o pájaro o pez.

El viejo y el mar
Ernest Hemingway

1 comentario:

Ar Lor dijo...

Hermoso y sensible texto y Hemingway con su maestría, nos muestra en cuatro párrafos, cómo el "viejo" retrocede a la infancia.
10 puntos, Higinio