lunes, 3 de mayo de 2010

El amante del volcán

Susan Sontag, en Nueva York, 1997. Fotografía de Mathieu Bourgois.

También tenemos tiempo para salvar nuestras cosas, algunas. ¿El altar con imágenes sagradas? ¿El trozo de pollo sin comer? ¿Los juguetes de los niños? ¿Mi nueva túnica? ¿Todo lo que esté hecho a mano? ¿El ordenador? ¿Los cazos? ¿El manuscrito? ¿La vaca? Lo único que necesitamos para empezar de nuevo es nuestras vidas.

El amante del volcán
Susan Sontag

3 comentarios:

J dijo...

A veces ni eso, con una transparencia infinita nos basta, con un recuerdo, con un soplo de espíritu...
Quién nos asegura que el resto de pollo, o la vaca, no sostendrán nuestra nueva vida... siendo como es, un duro New York.

Abrazos.

Mariàngela Vilallonga dijo...

Mejor viajar ligeros de equipaje...

Higinio dijo...

Para empezar de nuevo nos dice Sontag, lo único que necesitamos es nuestras vidas.
Y verdaderamente es lo único necesario.

Saludos y un fuerte abrazo a J y a Mariángela.