jueves, 8 de julio de 2010

El jardín de Epicuro

Anatole France. Dibujo de Auguste Leroux, 1906.

El encanto que más interesa a las almas es el encanto del misterio. No hay belleza sin velo, y lo desconocido es aún lo que preferimos. La existencia sería insoportable si no soñásemos siempre. Lo mejor que tiene la vida es la idea que sugiere de algo que no hay en ella. Lo real nos sirve para fabricar mejor o peor un poco de ideal. Es quizá su más grande utilidad.

El jardín de Epicuro
Anatole France

3 comentarios:

Mª Angélica de Diego Dawson dijo...

Qué no habremos llegado a ver así..
Yo también creo que podremos hacernos una idea, solo sintiendo todo lo bello que nos rodea. Y todo sería posible.
Y así es como tus manos quieren aprehenderla; es sentir la fuerza de las cataratas; es querer asir el esplendor de las aves levantando en vuelo, avezados astrónomos que navegan el cielo; y de la misma forma el embriagador aire, que duda cabe; y aquella maravilla, el sol, que podría ser lo último que vieras en la vida; y la belleza de las nubes, que bajo el torno del éter van contorsionándose, y a su paso te entrañan, llevándote lejos.
Cómo darle alcance si no.

Higinio dijo...

Cada cosa que has mencionado en tu lírico comentario,catarata, ave, nube,tiene su misterio y,no hay nada que no lo posea.
A mí me gustaría vivir (procuro vivir)como bien dices "sintiendo todo lo bello que nos rodea".

Un fuerte abrazo, amiga Mª Angélica.

Mª Angélica de Diego Dawson dijo...

Es que si no hay misterio, no habría vida.
Y no existiríamos de no haber nubes, rios.. montañas, o tu (en este instante, -muchas gracias-).
Porque la belleza en sí, por sí sola también llega a superarte, si no se le da vida.
Lo mejor es procurárselo, hacerse de lo bello para ser mejores.

Besos Higinio