domingo, 26 de septiembre de 2010

Ad Astra

Rowena Morrill. Asimov en el Trono.

Ad Astra es el primer relato que escribí sobre el que recuerdo, incluso después de todo este tiempo, las circunstancias exactas de la naciente inspiración. Perdida ésta, solicité y recibí un empleo de la National Youth Administration (NYA), con vistas a costearme mis estudios en la Universidad. Ganaba quince dólares al mes, si la memoria no me falla, a cambio de pasar unos escritos a máquina durante varias horas. Trabajé para un sociólogo que estaba escribiendo un libro sobre el tema de la resistencia social a las innovaciones tecnológicas. Esto incluía desde la resistencia del clero de Mesopotamia a la propagación de la lectura y la escritura entre la población general, hasta las objeciones hechas al aeroplano por los que decían que el vuelo de un cuerpo más pesado que el aire era imposible.
Naturalmente se me ocurrió escribir un cuento relativo a la resistencia social a los vuelos espaciales. Por esa razón utilicé el título de Ad Astra. Provenía del proverbio latino Per aspera ad astra ("A través de las dificultades, hasta las estrellas").

Fue mi primera venta a Campbell, después de siete meses de tentativas y ocho rechazos consecutivos. El relato se publicó medio año después, y entonces vi que Campbell había cambiado el título (algo muy justificable, me parece) por el de Opinión pública.

La edad de oro
Isaac Asimov

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