jueves, 2 de septiembre de 2010

La retórica del cuento

La retórica del cuento
“Extendido hasta la novela, el relato puede sufrir en su estructura. Constreñido en su enérgica brevedad, el cuento es y no puede ser otra cosa que lo que todos, cultos e ignorantes, entendemos por tal.
Los cuentos chinos y persas, los grecolatinos, los árabes y las Mil y una noche, los del Renacimiento italiano, los de Perrault, de Hoffmann, de Poe, de Merimée de Bret-Harte, de Verga, de Chéjov, Maupassant, de Kipling, todos ellos son una sola y misma cosa en su realización. Pueden diferenciarse unos de otros como el sol y la luna. Pero el concepto, el coraje para contar, la intensidad, la brevedad, son los mismos en todos los cuentistas de todas las edades.
Todos ellos poseen en grado máximo la característica de entrar vivamente en materia. Nada más imposible que aplicarles las palabras: "Al grano, al grano...", con que se hostiga a un mal contador verbal. El cuentista que "no dice algo", que nos hace perder el tiempo, que lo pierde él mismo en divagaciones superfluas, puede verse a uno y otro lado buscando otra vocación. Ese hombre no ha nacido cuentista.
Pero ¿si esas divagaciones, digresiones y ornatos sutiles, poseen en sí mismos elementos de gran belleza? ¿Si ellos solos, mucho más que el cuento sofocado, realizan una excelsa obra de arte?
Enhorabuena, responde la retórica. Pero no constituyen un cuento. Esas divagaciones admirables pueden lucir en un artículo, en una fantasía, en un cuadro, en un ensayo, y con seguridad en una novela. En el cuento no tienen cabida, ni mucho menos pueden constituirlo por sí solas”.
Cuentos
(Decálogo del perfecto cuentista)

Horacio Quiroga

3 comentarios:

J dijo...

Tal vez podamos camuflar encorsetar en una obra de arte todo un decálogo...
Tal vez acabe siendo ese "al grano al grano..." apremiante... simplemente una Noticia.
Tal vez ese no ir al grano, sea de verdad el corazón latente del cuento, ese que en su brevedad permite imaginar después con otros zapatos.
Tal vez un buen rodeo haga el camino más bello...

Puede Horacio que no esté de acuerdo contigo, si me lo permites.

Saludos

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Nada que añadir, ni nada que quitar a este texto que tan bien nos define lo que es un cuento. Nunca me lo había planteado, pero ahora me he enterado de lo que realmente es un cuento. Sería interesante que alguien nos explicase el motivo de los dos significados de la palabra cuentista: el que explica cuentos y el que se inventa cosas que no tienen sentido ni veracidad, siendo despetciva la segunda acepción.

Un abrazo, amigo Ar Lor,

Antonio


Muy ocurrente y gracioso el comentario que hiciste en mi blog a propósito de las bracae. Oportunamente te contestaré allí mismo.

Ar Lor dijo...

Amigo J, Horacio te permite, creo yo, que no estés de acuerdo.
Lo que el recalca es que en un cuento, no puede añadirse nada que, "no venga a cuento". Y esta frase entrecomillada creo que habla por sí sola, de lo que ha de ser la narrativa de un cuento.
Un saludo