miércoles, 20 de octubre de 2010

Hoteles literarios

Russell W Gordon. Flegglings.

Hotel

Raymond Roussel no podía concebir el viaje más que en la forma elitista de un privilegio. Lo que llamó "la pérdida de lo inaccesible" está ligado al progreso de los medios de transporte y a la uniformización de los placeres, derivada automáticamente de éste. Sólo le satisface lo que es único, y no lo que es corriente, lo que sólo a él le está permitido ver y sigue prohibido para los demás. En este comienzo de siglo, sufre de "mancillofobia", la desvalorización de cuanto, hasta entonces, era secreto y misterioso y que se ha visto mancillado. . . "Llegado a Nueva York, quiero tomar un baño y esa idea me proporciona cierto placer; me dicen que hay tres mil cuartos de baño en el hotel y que tres mil viajeros pueden bañarse al mismo tiempo que yo, mi placer se derrumba; sólo se goza cuando somos los únicos en llevar la mejor parte, la dicha de los demás hace sufrir. Para difrutar plenamente de una cosa es preciso saber que está vedada a los otros, que es un privilegio".

Traducción de Esther Benítez

Hoteles literarios
Nathalie de Saint Phalle

2 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Las playas solitarias no deben gustar a nadie, pues, están vacías. La exclusividad debe ser mala cosa.
Salud

Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Sufrir de "mancillofobia" en nuestros días debe ser un verdadero suplicio, cuando todo el planeta parece pisado y repisado, aunque no sea así.

Debo decir que yo me alegro, si en el lugar en el que estoy, ha estado antes que yo alguna persona a la que admiro.

Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.