martes, 2 de noviembre de 2010

La torre de Hanoi

"En el gran templo de Benarés, debajo de la cúpula que marca el centro del mundo, está colocada una placa de bronce, sobre la cual están fijas tres agujas de diamante, cada una de las cuales tiene un codo de altura y su espesor es como el cuerpo de una abeja. En una de estas agujas, cuando se creó el mundo, Dios colocó sesenta cuatro discos de oro puro, el mayor de los cuales se apoya sobre la placa de bronce y los demás, por orden de tamaño decreciente, descansan sobre él.Esto constituye la torre de Brahma. Día y noche, incesantemente, los sacerdotes traspasan los discos de una de las agujas de diamante a la otra, de acuerdo con las leyes fijas e inmutables de Brahma, que exigen que el sacerdote mientras cumple su obligación, no debe mover más de un disco por vez y que lo debe colocar en una aguja de modo que no quede debajo suyo ningún disco de menor diámetro. Cuando los sesenta y cuatro discos hayan sido traspasados de esta manere, de la aguja donde Dios los colocó, en la Creación, a una de las otras dos agujas, torre, templo y brahmanes, por igual, se desmenuzarán en polvo y en medio de un fragoso trueno, el mundo desaparecerá".
Matemáticas e imaginación
(Traducción: José Celdeiro Ricoy)
(Los Nueve Mil Millones De Nombres De Dios)

Edward Kasner y James Newman

4 comentarios:

elena clásica dijo...

Texto místico-matemático y angustioso a la vez, como pocos pueden serlo. La colocación, de dificultad intrincada, parece sugerir el paso inescrutable del tiempo. Tardará, ¿cuánto? ¿La eternidad existe? ¿O llegará el momento en que seamos polvo en el viento? Ese momento se vislumbra lejano, muy lejano, pero seguro.
El metafórico día del trueno retumba ya en nuestras conciencias.

Besazos, querido Ar Lor.

RITMO RANCIO dijo...

Estimado amigo:
Un relato sumamente interesante, y para hacer cábalas.

Pues efectivamente como dice nuestra amiga Elena, el texto anda un poco "angustioso", pero resulta que el "tempo" místico tiene eso, es tiempo detenido, y por tanto tiempo eterno. No obstante quizás algún día se acabe, ¿quien sabe?

Un cordial saludo musical

Mariàngela Vilallonga dijo...

Bueno, esperemos que tarden siglos...

Ar Lor dijo...

Debido a la mala cabeza de Higinio, queridas amigas y amigos, que se le olvidó pagar el adsl, cuando había de cubrir el solo durante algún tiempo este espacio, pues algunas obligaciones (nobles, eso sí), que no vienen al caso mencionar, me impiden disfrutar de él, de los espacios amigos y los comentarios.
Espero volver pronto y no entrar y salir como un fantasma.
Como curiosidad Mariàngela, puedes, podemos estar tranquilos, pues para cumplir la profecía, y al ritmo de un movimiento por segundo y sin interrupción, se necesitarían más de 58.000 millones de siglos (sic). Teniendo en cuenta que al universo se le calculan unos 200 millones de siglos de edad, está claro que en este caso, el Señor, además de sutil, fue algo malicioso.
Un cariñoso saludo a todos