martes, 9 de noviembre de 2010

Ser escritor

Abelardo Castillo. Imagen tomada de Escritores org.

La realidad es más vasta y más cambiante, y más sorprendente, de lo que capta por lo general un profesor de estética. Vivir en Grecia, en tiempos de Homero y no hablar de dioses, coturnos alados y gigantes de un solo ojo, siendo poeta, hubiera sido una casi monstruosa mixtificación de la realidad. La objeción de que gigantes y dioses no existían es harto bárbara. En principio, porque si Homero no cabe en el realismo, peor para el realismo, y luego porque la realidad -la confusa y mítica y disparatada realidad humana- admite dragones y centauros, toneles donde encerrar los vientos, y violaciones de muchachas del tamaño de un clítoris, sobre todo si uno vive en la Hélade unos mil años antes de Cristo. Y digo "sobre todo" por una especie de cortesía.

Hay cierta clase de grandes escritores a los que uno después de leerlos, quisiera llamar por teléfono. Esto lo decía Salinger, y Salinger, justamente, es uno de esos escritores.

No intentes ser original ni llamar la atención. Para conseguir eso no hace falta escribir cuentos o novelas, basta con salir desnudo a la calle.

No es lo mismo ambigüedad que confusión. Una historia debe tener siempre un único final. Si quisiste dos o más desenlaces, esos desenlaces son un único final: se llama ambigüedad. Si nadie te entiende ni medio se llama confusión.

Ser escritor
Abelardo Castillo

5 comentarios:

Carmen López dijo...

Conozco a quien no les ha llamado por teléfono pero les ha escrito una carta diciendo: ¡Pero oiga usted, ¿cómo se atreve...
Entre confusión y ambigüedad existe el pequeño abismo del matiz. No obstante, el diccionario de sinónimos los empareja. Evidentemente el diccionario de sinónimos se confunde.

Rafa Monterde dijo...

Tomo nota. Gracias. Un saludo

Unknown dijo...

Muy bueno. Me quedo por aquí.

Francesc Cornadó dijo...

¡Histriones!

Algunos para que les tomen en cuenta han de provocar con fantasías pederastas.

Salud

Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Yo también "tomo nota" como dice Rafa Monterde de la apreciación de El patio sobre el diccionario de sinónimos al igualar ambigüedad y confusión: "se confunde".
Amigo Blanco, bienvenido por estos lares.
Tienes razón, amigo Francesc Cornadó, Sánchez Dragó nos provoca con "fantasías pederastas" que hace pasar por verdaderas cuando son falsas. Sin embargo, se considera sabio y místico y habla de manera bárbara y soez de unas muchachas japonesas.

Un fuerte abrazo a todos.