domingo, 12 de diciembre de 2010

Edgar Allan Poe

Edgar Allan Poe. Ilustración de Duncan Long.

Como la mayoría de los autores fantásticos, Poe destaca en los incidentes y en los amplios efectos narrativos, más que en el retrato de los personajes. Su protagonista típico es generalmente un caballero intelectual, oscuro, bien parecido, orgulloso, melancólico, sumamente sensible, caprichoso, introspectivo, solitario y a veces ligeramente loco, de rancio abolengo y posición acomodada; suele ser profundo conocedor de un extraño saber, oscuramente deseoso de penetrar en los secretos prohibidos del universo. Salvo su apellido altisonante, este personaje debe poco a la primitiva novela gótica, ya que no tiene nada del héroe soso ni del diabólico malvado de la aventura radcliffiana o ludovica. Indiretamente, empero, posee una especie de conexión genealógica, ya que sus cualidades sombrías, ambiciosas y antisociales recuerdan enormemente al típico héroe byroniano, quien a su vez es claro dencendiente de los Manfredos, Montonis y Ambrosios góticos. Sus caracteres peculiares parecen derivarse de la psicología del propio Poe, quien desde luego poseía en gran medida la depresión, la sensibilidad y la loca aspiración, la soledad y la caprichosa extravagancia que él atribuye a sus altivas y solitarias víctimas del Destino.

Traducción de Francisco Torres Oliver

El horror en la literatura
Howard Phillips Lovecraft

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