Es difícil de describir. Tengo una idea del principio. Escribo la primera línea y continúo hasta la última. Hago muchas correcciones, trabajo mucho y escribo varios borradores, pero jamás cuestiono el trabajo acabado. De modo que comienzo con las primeras palabras del libro, pero sin saber nunca cómo se desarrollará o terminará. La idea primera es vaga, pero sé que es la fuerza generadora... más tarde todo puede cambiar. Puedo fácilmente imaginarme a Proust escribiendo: "Mucho tiempo he estado acostándome temprano..." sin saber la historia que iba a contar.
De la inspiración
Alain Robbe-Grillet
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