Mi vocación de eterno está, como en el niño, en mi gran amor a lo presente.
¡Oriental y occidental a la vez, ay! ¡No tengo escapatoria!
En la soledad no se encuentra más que lo que se lleva a ella.
Vemos una escultura, leemos una poesía, oímos una canción antigua y nuestro mayor elojio es: "Parece de ahora".
Pensemos que el elojio mayor que un antiguo resucitado pudiese hacer de lo nuestro sería: "Parece de entonces".
Ningún día... sin romper un papel.
Poesía y prosa
Juan Ramón Jiménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario