miércoles, 16 de marzo de 2011

El resucitador

Rafael Pérez Estrada. Fuente de la imagen La Opinión de Málaga.

Señalándome a un hombre de gran dignidad, me dijeron: Ése es el resucitador, y como yo preguntara detalles, me explicaron que sólo podía resucitar a aquellos cuya muerte representara para la patria y la cosa pública una pérdida irreparable.
Todos confiaban en este hombre, y al punto creían en su capacidad prodigiosa para devolver a los muertos de su eterno reposo. Mas cuando inquirí sobre el número de sus milagros, ésta fue la respuesta: Nunca ha resucitado a nadie, porque nadie nos ha parecido imprescindible. Sin embargo, el hombre actuaba como si hubiera devuelto de las sombras a toda una nación.

El ladrón de atardeceres (1998)
Rafael Pérez Estrada

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