sábado, 2 de abril de 2011

Sobre cosas que se ven en el cielo


Según los rumores, por regla general, los ovnis son cuerpos lenticulares, también oblongos o en forma de cigarro, que muestran diversos colores o que resplandecen con brillo metálico, cuyo movimiento pasa de la quietud a una velocidad de 15.000 kilómetros por hora, y en ciertos casos la aceleración es tan violenta que si los tripulara algún ser parecido al hombre éste quedaría muerto inmediatamente. Su trayectoria de vuelo describe ángulos tales que sólo un objeto sin peso podría describirlos. Se parece a la trayectoria que describe un insecto volador. Lo mismo que éste, el ovni se detiene de pronto sobre un objeto que le interesa por un tiempo más o menos prolongado, o bien vuela en círculo sobre él, cual animado de curiosidad, para luego abandonar súbitamente el lugar como para buscar en vuelo zigzagueante un nuevo objeto. Por eso no pueden confundirse los ovnis con meteoritos o con los reflejos proyectados a las capas atmosféricas que se producen en casos de inversión de temperatura. Su presunto interés por los campos de aviación y las plantas industriales relacionadas con la disociación del átomo no siempre se confirma, pues se los ha visto también en la Antártida, el Sahara y el Himalaya. Verdad es que parecen pulular con predilección por los Estados Unidos, pero informes recientes establecen que también vuelan copiosamente sobre el Viejo Mundo y el Lejano Oriente. No se sabe bien qué cosa buscan o qué pretenden observar. Parece que nuestros aviones excitan su curiosidad, pues muy a menudo vuelan a su encuentro o los persiguen; pero cuando éstos se dirigen a su vez hacia ellos, huyen. No podría asegurarse que sus vuelos responden a un plan sistemático reconocible. Se comportan más bien como grupos de turistas que recorren al acaso una comarca, se detienen aquí y allá un rato, obedecen a este o a aquel interés versátil y, sin motivo alguno que pueda reconocerse, se elevan a grandes alturas o realizan acrobáticas evoluciones ante las narices de los excitados pilotos.

Traducción de Alberto Luis Bixio

Sobre cosas que se ven en el cielo
C. G. Jung

2 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Lo impresionante de todo esto es ver lentejas enormes volando sobre nuestras cabezas, ¡y a esta velocidad! uf, que barbaridad.

Salud
Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Los editores mejicanos suprimieron con gran visión parte del título del libro de Jung. En el libro, Jung estudia los platillos volantes como un fenómeno del alma humana, no como una realidad.
El título completo del libro dice así:
'Un mito moderno. Sobre cosas que se ven en el cielo'

Y una de las formas de los platillos volantes es la de lenteja.

Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.