lunes, 23 de mayo de 2011

El premio

Czeslaw Milos, 1998. Foto: Mariusz Kubik.

Qué día feliz,
la niebla se disipó temprano.
Me puse a trabajar en el jardín.
Colibríes quietos sobre la madreselva.
Nada sobre la tierra que yo quisiese tener,
nadie sobre la tierra que yo pudiese envidiar.
Había olvidado todo lo que sufrí,
no tenia ya verguenza del hombre que fui.
No me dolía el cuerpo.
Al enderezarme, vi el mar azul y las velas.

El premio
Czeslaw Milos

2 comentarios:

Beatrice dijo...

Tengo estas dos entradas dedicadas a este hermosísimo poema. Me quedo con la segunda traducción que también es la que uds. han elegido


http://sureando-sureando.blogspot.com/2009/03/regalo.html

http://sureando-sureando.blogspot.com/2010/03/gift.html

Qué lindo poema y que bien lo resume "todo".

Higinio dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Yo también me quedo con el poema de la 'segunda traducción', lo siento más cercano,sin embargo, la traducción de Martín López Vega (la otra)también colma mi espíritu.
Es un magnífico poema, su lectura nos reconforta, nos anima.

Un fuerte abrazo, amiga Beatriz.