jueves, 19 de mayo de 2011

Tierras de cristal

Alessandro Baricco, fotografiado por Pablo Hojas. El País
1. Las cosas: hay que escribirlas para no olvidarlas.
A partir de este axioma, el mapa del saber de Pehnt se desarrolló día tras día en las más diversas direcciones. Como todos los catálogos, también éste se reveló límpidamente neutral. El mundo se veía allí retratado de manera inevitablemente parcial, pero rigurosamente privado de jerarquías. Las anotaciones -siempre muy sintéticas, casi telegráficas- testimoniaban un cerebro precozmente consciente de la naturaleza articulada y plural del misterio de la vida: por qué la luna no siempre es igual, qué es la policía, cómo se llaman los meses, cuándo se llora, naturaleza y funciones de los prismáticos, orígenes de la diarrea, qué es la felicidad, sistema rápido para anudar los cordones de los zapatos, nombres de ciudades, utilidad de los ataúdes, cómo llegar a ser un santo, dónde está el infierno, reglas fundamentales para la pesca de la trucha, lista de los colores disponibles en la naturaleza, receta del café con leche, nombre de perros famosos, dónde va a parar el viento, festividades del año, en qué parte está el corazón, cuándo acabará el mundo. Cosas de este tipo.

Traducción de Carlos Gumpert y Xavier González Rovira
Tierras de cristal
Alessandro Baricco

2 comentarios:

Carmen López dijo...

Baricco, sin duda, es un innovador de estilos, un creador nato. Su escritura es conmocionante, una simple palabra entre dos puntos seguidos puede dar un giro total al pensamiento, al personaje... Un verdadero maestro.

Saludos.

Higinio dijo...

Tienes razón, Baricco busca decir las mismas cosas de manera diferente. "Tierras de cristal" es su primera novela y en ella usa fórmulas literarias como son las repeticiones de frases que abundan también en su novela más conocida, "Seda".
Y, a mi entender, no hay novela suya que no tenga delicados fragmentos líricos.

Un fuerte abrazo, amiga Elpatio.