martes, 4 de octubre de 2011

Los demasiados libros

Ellen de Groot. Hannah y Dante.

¿Y para qúe leer? ¿Y para qué escribir? Después de leer cien, mil, diez mil libros en la vida, ¿qué se ha leído? Nada. Decir: Yo sólo sé que no he leído nada, después de leer miles de libros, no es un acto de fingida modestia: es rigurosamente exacto, hasta la primera decimal de cero por ciento. Pero ¿no es quizá eso, exactamente, socráticamente, lo que los muchos libros deberían enseñarnos? Ser ignorantes a sabiendas, con plena aceptación. Dejar de ser simplemente ignorantes, para llegar a ser ignorantes inteligentes.
Quizá la experiencia de la finitud es el único acceso que tenemos a la totalidad que nos llama, y nos pierde, con desmedidas ambiciones totalitarias. Quizá toda experiencia de infinitud es ilusoria, si no es, precisamente, experiencia de finitud. Quizá por eso la medida de la lectura no debe ser el número de libros leídos, sino el estado en que nos dejan.
¿Qué demonios importa si uno es culto, está al día o ha leído todos los libros? Lo que importa es cómo se anda, cómo se ve, cómo se actúa después de leer. Si la calle y las nubes y la existencia de los otros tienen algo que decirnos. Si leer nos hace, físicamente, más reales.

Los demasiados libros (1996)
Gabriel Zaid

3 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Coincido completamente con Zaid.
¿para qué tanto libro?
Sólo algunos textos clásicos griegos o romanos bien digeridos, unos cuantos versos del Paraiso de Dante y se acabó.
Salud
Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Es un buen consejo. Unos cuantos libros de cabecera releídos sin descanso. Sabiendo que un mismo libro nos dice cosas distintas de ayer a hoy.
Sin embargo... tendemos al exceso.

Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.

Francesc Cornadó dijo...

En el opúsculo titulado 'Del que tiene muchos libros'
Petrarca escribe un “Diálogo entre el Gozo y la Razón”

GOZO.- ¡Tengo libros que son una gran ayuda para aprender!

RAZÓN.- Mira que esso que tienes por ayuda no sea impedimento, que como la mucha gente de guerra estorvó a muchos la victoria, assi los muchos libros a muchos fueron estorvo para el aprender. E assi de la sobra les vino la falta, como suele acaescer. Digo que los muchos libros, si sin trabajo se pueden haver, que no se deven menospreciar, mas guardar para usar los mejores e mirar que los que, con el tiempo, podrían aprovechar, tomados sin razón no dañen.

GOZO.- ¡Tengo muchos e diversos libros!

RAZÓN.- La diversidad de los caminos, muchas vezes, engañan al caminante, y el que por un solo camino yva cierto, dudo en dos, y mucho más en tres o quatro. E assi al que solo libro pudiera aprovechar, sin provecho revolvió muchos. La diversidad de las cosas es difficil a los que aprenden; a los ya enseñados poco les basta, e lo demasiado a los unos e a los otros es importuno: verdad es que los más rezios hombres suffren mejor la carga.

Salud
Francesc Cornadó