jueves, 17 de noviembre de 2011

Los juramentos de las mujeres

Francesco Hayez. Il bacio. El beso.

Cuando Isolda desciende del barco que la trae a Cornualles y el rey Markel la abraza, ella le jura que sólo la han tocado sus brazos y los brazos del marinero que la bajó del navío para que no se mojara los pies. El marinero es Tristán, disfrazado.
Cuando el rey la besa por primera vez, Isolda le jura que sólo ha besado a dos hombres: a él y a un leproso que encontró camino del castillo. El leproso es Tristán, disfrazado.
Cuando el rey Markel empieza a sospechar que su mujer lo engaña con Tristán, Isolda le jura que sólo se ha acostado con un hombre. Como el rey cree acostarse todas las noches con Isolda, sus sospechas se disipan. Quien todas las noches se acuesta con el rey es Brangania, disfrazada.
Cuando a raíz de ciertas acusaciones de adulterio proferidas por Melot, Isolda pide someterse al juicio de Dios para probar su inocencia y se prepara para caminar descalza sobre carbones encendidos, un fraile la levanta en sus brazos y la lleva hasta el otro lado. Isolda le jura al rey que sólo la han tocado sus manos y las manos de ese fraile. El fraile es Tristán, disfrazado.
Cuando Tristán e Isolda huyen y durante un tiempo viven juntos en el bosque de Morrois y el rey Markel los busca y una noche los encuentra durmiendo el uno al lado del otro y ciego de cólera se dispone a matarlos, Isolda le jura que durante todo ese tiempo ella y Tristán se mantuvieron tan puros como, por ejemplo, Brangania con el rey.
Cuando, por las dudas, el rey Markel destierra a Tristán, Tristán desposa a una segunda Isolda, la de las blancas manos, a la que no ama y con quien se casa sólo para tratar de olvidar a la otra Isolda. Esta, enterada de todo por Kurvenal, escudero de Tristán y amante de Brangania, le jura al rey Markel que Tristán siempre ha detestado a Isolda, y si alguna vez y bien, es verdad, ha fingido amarla, lo ha hecho únicamente para olvidar a otra mujer a la que, no obstante, sigue amando.
Cuando Kurvenal aparece con la noticia de que Tristán, malherido en un combate, quiere ver a Isolda antes de morir,Isolda, sin pedirle permiso al rey, corre hasta donde agoniza Tristán. Detrás de ella llega también el rey Markel. Demasiado tarde: Tristán ha muerto. Sobre el cadáver de Tristán, Isolda jura no haber amado jamás a ese hombre. El cadáver es Kurvenal, disfrazado.
Y cuando el navío conduce de regreso al rey Markel y a Isolda hasta Cornualles, e Isolda desciende del barco, un marinero la toma en sus brazos para que no se moje los pies. El marinero es Tristán, disfrazado.

Los juramentos de las mujeres
Marco Denevi

2 comentarios:

Marlowe dijo...

Sabes, cada día acudo a este tú sitio y cada día encuentro el texto indicado para acompañar la idea que quiero exponer. Jejeje. Es increible. Gracias, Mago!.

me gustaria que conocieras al menos uno de mis blogs:

http://ulpilex.es/veritas/

Higinio dijo...

Muchísimas gracias Baal por tu amable comentario.
Tu blog es precioso,sugerente y evocador.Es un placer visitarlo.

Un fuerte abrazo.