El hombre no es más que un junco, el más débil de la Naturaleza, pero un junco que piensa. No es necesario que el Universo entero se arme para aplastarle. Un vapor, una gota de agua son bastantes para hacerle perecer. Pero aun cuando el Universo le aplaste, el hombre sería más noble que lo que le mata, porque él sabe que muere. Y la ventaja que el Universo tiene sobre él, el Universo no la conoce.
Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Esto es lo que puede ensalzarnos, no el espacio y la duración que nosotros no podríamos llenar. Esforcémonos, por consiguiente, en pensar bien: he aquí el principio de la moral.
Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Esto es lo que puede ensalzarnos, no el espacio y la duración que nosotros no podríamos llenar. Esforcémonos, por consiguiente, en pensar bien: he aquí el principio de la moral.
Traducción: Aguilar S. A. de Ediciones
Pensamientos
Blaise Pascal
5 comentarios:
Un maravilloso punto de partida para la vida. Siempre nos quedará Pascal. Nadie como él para expresar lo más hondo desde la sencillez. Saludos.
¡Suscribo! Pongamos, pues, que el pensamiento es vida, ¿o la vida? como decía Descartes.
Pascal nos propone un principio difícil de seguir. Difícil, pero no imposible de lograr. Y hemos de intentarlo.
Un fuerte abrazo, amigo Chimista.
Yo también suscribo lo que nos dice Chimista.
Pascal también dejó escrito lo siguiente: "Toda la desgracia de los hombres proviene de una sola cosa, que es no saber permanecer en reposo en una habitación".
Es decir, pensar.
Un fuerte abrazo, amiga Aurantia.
... Porque nada permanece, y menos el pensamiento, lo más rebelde que tenemos.
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