domingo, 8 de abril de 2012

Peculiaridad

Eduard Swoboda. Inquisitive boy. Chico curioso.

Todo hombre es peculiar y está llamado a actuar con arreglo a su peculiaridad; pero tiene que tomarle el gusto a esa peculiaridad suya. Por lo que he podido saber, tanto en la escuela como en casa se hizo lo posible para que desapareciera esa peculiaridad. De esa manera, se facilitaba el trabajo educacional, y también se le facilitaba al niño la vida, pero por otra parte, ese ñiño tenía que sufrir previamente con toda su intensidad el dolor que produce la coacción. Por ejemplo, a un niño que por la noche está inmerso en la lectura de un emocionante relato nunca se le podrá hacer comprender, mediante una argumentación adaptada a él, que tiene que interrumpir la lectura e irse a la cama. Cuando a mí me decían en un caso así que ya era tarde, que me estropeaba la vista, que por la mañana tendría sueño y me costaría trabajo levantarme, que aquella historia tan mala y tan tonta no merecía la pena, yo desde luego no podía refutarlo explícitamente, pero en el fondo era sólo porque todo aquello ni siquiera se aproximaba a los límites de las cosas sobre las que valía la pena reflexionar. Porque todo era infinito o acababa en algo tan vago e impreciso que equivalía a lo infinito: el tiempo era infinito, o sea no podía ser tarde, mi vista era infinita, o sea yo no podía estropearla, incluso la noche era infinita, o sea madrugar no era motivo de procupación, y los libros yo los clasificaba no según que fueran tontos o listos sino según que fueran emocionantes o no, y ése lo era. Todo esto no podía expresarlo, pero la consecuencia era que yo resultaba cargante con mi insistencia en que me dejaran seguir leyendo o que decidía seguir leyendo sin permiso. Ésa era mi peculiaridad.

Traducción de Carmen Gauger

Fragmentos de cuadernos y hojas sueltas
Franz Kafka

6 comentarios:

Chimista dijo...

Impresionante la reflexión de Kafka. Gil de Biedma lo resumía en dos conceptos: todos somos hijos de vecino (del montón, uno más, seres sociales) e hijos de Dios (seres únicos, irrepetibles). Individuo y sociedad. Decimos de alguien: "Es una persona muy pecualiar". Pero, ¿quién no es peculiar? Un saludo.

Higinio dijo...

No tengo ninguna duda de que la mayoría de los niños(por no decir todos)hemos vivido momentos parecidos a los que describe Kafka en su escrito, y cada uno, a nuestra manera, somos sobrevivientes...

Un fuerte abrazo, amigo Chimista.

Marta Ortiz dijo...

Pues yo esperaba a que todos se durmieran con el libro bajo la almohada. Muchas veces me dormí así y muchas veces a no sé qué hora aparecía uno de mis padres, apagaba la luz y se llevaba el libro.
Mis hermanas no saben de mis aventuras nocturnas, jejejej! También somos cazadores furtivos además de sobrevivientes.

Higinio dijo...

No hay una hora fijada para la lectura, se lee en cualquier momento, pero no cabe duda que la noche donde fuimos, como bien dices, "cazadores furtivos", era un momento apetitoso, único, nosotros y el tebeo, nosotros y el libro..., y el mundo era maravilloso .

Higinio dijo...

No hay una hora fijada para la lectura, se lee en cualquier momento, pero no cabe duda que la noche donde fuimos, como bien dices, "cazadores furtivos", era un momento apetitoso, único, nosotros y el tebeo, nosotros y el libro..., y el mundo era maravilloso.

Un fuerte abrazo, amiga Marta.

Marta Ortiz dijo...

Leí Drácula así. Eso fue aterrador! jajajj! Y sí que era maravilloso el mundo; y tremendo. Lo conocimos llevados de la mano por verdaderos magos.

Gracias amigo Higinio, un abrazo