miércoles, 23 de mayo de 2012

Por qué escribo

Andrea Camilleri. Foto: Giulio Napolitano.

Escribo porque siempre es mejor que descargar cajas en el mercado central.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.
Escribo porque después puedo dedicar los libros a mis nietos.
Escribo porque así me acuerdo de todas las personas a las que tanto he querido.
Escribo porque me gusta contarme historias.
Escribo porque me gusta contar historias.
Escribo porque al final puedo tomarme mi cerveza.
Escribo para devolver algo de todo lo que he leído.

Traducción de Carlos Gumpert

Por qué escribo
Andrea Camilleri 

4 comentarios:

Chimista dijo...

Argumentos sencillos pero contundentes. Me gustan. Un saludo, amigo.

Francesc Cornadó dijo...

Claro que sí, y a dejarse de monsergas. Es más cómodo escribir, digan lo que digan ciertos escritores sufrientes, que descargar madera en el puerto.

Ahí va un poema de Joan Salvat Papasseit

Heus aquí: jo he guardat fusta al moll.
(Vosaltres no sabeu
què és
guardar fusta al moll:
però jo he vist la pluja
a barrals
sobre els bots,
i dessota els taulons arraulir-se el preu fet de l'angoixa;
sota els flandes
i els melis
sota els cedres sagrats.

Quan els mossos d'esquadra espiaven la nit
i la volta del cel era una foradada
sense llums als vagons:
i he fet un foc d'estelles dins la gola del llop.

Vosaltres no sabeu
què és
guardar fusta al moll:
però totes les mans de tots els trinxeraires
com una farandola
feien un jurament al redós del meu foc
I era com un miracle
que estirava les mans que eren balbes

Vosaltres no sabeu
què és
guardar fustes al moll
Ni sabeu l'oració dels fanals dels vaixells
--que són de tants colors
com la mar sota el sol:
que no li calen veles.

traducción

He aquí: yo he guardado madera en el muelle.
(Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
pero yo he visto la lluvia
a cántaros
sobre los botes,
y bajo los tablones acurrucarse el destajo de la angustia;
bajo los flandes
y los melis
bajo los cedros sagrados.

Cuando los mozos de escuadra espiaban la noche
y la bóveda del cielo era un túnel
sin luz en los vagones:
he encendido una hoguera de astillas en la boca del lobo.

Vosotros no sabéis
qué es
guardar madera en el muelle:
pero las manos de todos los golfos
como una cofradía
hacían un juramento al abrigo de mi fuego
Y era como un milagro
que estiraba las manos entumecidas

Vosotros no sabéis
qué es
guardar maderas en el muelle
Ni sabéis la oración de las farolas de los barcos
- que son de tantos colores
como el mar bajo el sol:
que no necesita velas.


Salud
Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Soy de la misma opinión. Es una respuesta sabia y certera a una pregunta difícil y envenenada.

Un fuerte abrazo, amigo Chimista.

Higinio dijo...

Aunque hay muchos casos de escritores que han escrito en condiciones penosísimas, el trabajo del escritor es menos costoso y agotador que el del estibador de puerto. Sin olvidar, sin embargo, que hilar una palabra detrás de otra es más difícil que cargar y descargar un barco.

Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.