miércoles, 5 de septiembre de 2012

Tierras de cristal

Augustus Egg, Compañeros de viaje, 1862.

En los trenes, para salvarse, para detener la perversa rotación de aquel mundo que los golpeaba desde el otro lado de los cristales, y para esquivar el miedo, y para no dejarse tragar por el vértigo de la velocidad que sin duda tenía que golpearles continuamente en el cerebro por lo menos bajo la forma de aquel mundo que se deslizaba al otro lado del cristal en formas antes nunca vistas, maravillosas, claro, pero imposibles porque el serles concedidas sólo durante un momento instantáneamente ponía en marcha de nuevo el miedo y, por consiguiente, aquella ansiedad densa e informe que, cristalizada en pensamiento, se revelaba a todos los efectos nada menos que como el sordo pensamiento de la muerte -en los trenes, para salvarse, cogieron la costumbre de entregarse a un gesto meticuloso, una práctica aconsejada incluso por los propios médicos y por insignes estudiosos, una minúscula estrategia de defensa, obvia pero genial, un pequeño gesto exacto, y espléndido.
En los trenes, para salvarse, se leía.

Traducción de Carlos Gumpert y Xavier González Rovira.

Tierras de cristal
Alessandro Baricco

2 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Buen texto, frases largas muy bien encadenadas.
No me suele entusiarmar Alessandro Baricco pero en este texto nos muestra su maestría.
Salud
Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Coincido con tu comentario. Sin embargo, en sus libros siempre encontramos párrafos deslumbrantes. Dignos de subrayar.

Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó.