martes, 23 de octubre de 2012

Naturaleza humana... y sus emociones.

Anthony de Mello. La oración de la rana.

En un vagón-restaurante, un pasajero estaba encargando la cena al camarero. "De postre", dijo, tomaré pastelillos y helado".
El camarero le dijo que no tenían pastelillos. El hombre explotó: "¿Cómo dice? ¿Que no tienen pastelillos? ¡Es absurdo! Soy uno de los mejores clientes de este ferrocarril. Todos los años organizo viajes para millares de turistas y envío cientos de toneladas de mercancías... Y cuando a mí personalmente se me ocurre viajar en el tren, ¡resulta que no puedo conseguir algo tan simple como unos pastelillos! ¡Me va a oir el presidente de la compañía!"
El "chef", que lo había oído, llamó aparte al camarero y le dijo: "Podemos conseguirle pastelillos en la próxima parada".
Y, justo después de la mencionada parada, el camarero se acercó al enojado caballero y le dijo: "Me satisface informarle, señor, de que nuestro "chef" ha preparado estos pastelillos especialmente para usted y espera que le gusten. Además, nos gustaría invitarle a una copa de este brandy de setenta y cinco años. Es obsequio de la casa".
El pasajero arrojó su servilleta encima de la mesa, levantó un puño y gritó: "Al diablo con los pastelillos" ¡Prefiero estar furioso!".

(qué vacías estarían nuestras vidas sino tuviéramos de qué ofendernos)...

Traducción de Jesús García-Abril, S.J.

La oración de la rana
Anthony de Mello

2 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Deja claro que siempre contra algo o contra alguien se vive mejor. Así las cosas no es raro aquello de que "el hombre es un lobo para el hombre"
Salud
Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Aunque parezca contradictorio preferimos estar contra las cosas que estar con las cosas. Está, como dices, en nuestra naturaleza. Afortunadamente, no siempre es así.

Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó