viernes, 27 de febrero de 2015

Andar: Una filosofía

Frédéric Gros. Andar: Una filosofía.

Andar no es un deporte

Andar no es un deporte. Poner un pie delante de otro es un juego de niños. Cuando dos caminantes se encuentran, no es cuestión ni de resultados ni de números: uno le dirá al otro qué camino ha tomado, qué sendero ofrece el paisaje más hermoso, qué panorama se comtempla desde tal o cual promontorio.
Y eso qué, sin embargo, se ha intentado crear un nuevo mercado de accesorios: un calzado revolucionario, calcetines fabulosos, mochilas eficaces, pantalones con grandes prestaciones... Se intenta desde luego colar en la marcha el espíritu del deporte: ya no se anda, se hace "trekking". Se venden finos bastones que confieren a los caminantes la apariencia de esquiadores inverosímiles. Pero la cosa no llega muy lejos. No puede llegar lejos.
Para ir más despacio no se ha encontrado nada mejor que andar. Para andar hacen falta ante todo dos piernas. Todo lo demás es superfluo. ¿Quieren ir más rápido? Entonces no caminen, hagan otra cosa: rueden, deslícense, vuelen. No anden. Caminando, solo una hazaña importa: la intensidad del cielo, la belleza de los paisajes. Andar no es un deporte.
Pero, una vez de pie, el hombre no sabe estarse quieto.

Traducción de Isabel González-Gallarza

Andar: Una filosofía
Frédéric Gros

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