domingo, 15 de marzo de 2015

El avaro

Esopo. Fábulas.

Un avaro convirtió en dinero toda su hacienda y lo invirtió en un lingote de oro, lo escondió en una pared y se pasaba la vida yendo continuamente a vigilarlo. Uno de los obreros del lugar observó sus idas y venidas y sospechó la verdad, salió y le quitó el tesoro. El avaro, cuando volvió, encontró vacío el escondrijo, lloraba y se mesaba los cabellos. Alguien que le vio dolerse tanto y preguntó el por qué, le dijo: "No te aflijas, compañero, coge una piedra, ponla en el mismo sitio y piensa que tienes allí el tesoro, porque cuando lo tenías no te serviste de él".
La fábula muestra que nada es el guardar si no le acompaña el uso.

Traducción de Pedro Bádenas de la Peña

Fábulas 
Esopo

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