Sherwood Anderson, fotografiado por Imogen Cunningham, 1923.
El periódico en que trabajaba George seguía una
táctica: procuraba en todos sus números mencionar por su nombre propio
al mayor número posible de habitantes del pueblo. George Willard corría
de un sitio a otro, como perro lanzado sobre el rastro de la pieza,
anotando en su cuaderno los nombres de aquellas personas que habían
salido para la capital del distrito por asuntos de negocio o que habían
regresado de algún viaje a los pueblos cercanos. Se pasaba el día
escribiendo notas breves en el cuaderno. "A. P. Wringlet acaba de
recibir un lote de sombreros de paja. Ed Byerbaum y Tom Marshall se
hallaban el viernes en Cleveland. El tío Tom Sinnings está construyendo
un nuevo granero en su finca de Valley Road".
George
Willard había logrado que la gente de Winesburg lo mirase con respecto,
pensando que andando el tiempo llegaría a ser un escritor; George
hablaba continuamente acerca de esto con Seth Richmond. "Es la profesión
más cómoda que te puedes imaginar -decía exaltándose y adoptando un
aire fanfarrón- . Vas de aquí para allí sin estar sujeto a nadie. Que
estés en la India o en los mares del Sur en un barco, te pones a
escribir y no hace falta más. Espera que yo haga que mi nombre sea
conocido, ya verás qué vida me doy".
Traducción de A. Ros. Revisión de la traducción de Eduardo Rodríguez.
Winesburg, Ohio
Sherwood Anderson
2 comentarios:
Yo compraría periódicos si fueran así. antiguoescrib@blogspot.fr
Creo que a todos nos gustaría leer periódicos así. Y no tan llenos de noticias terribles.
Exquisito tu Blog literario-especulativo.
Un fuerte abrazo, amigo Ireneo.
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