Li Deming y Dai Bingpo. Proverbios de la Antigua China.
Lanza y escudo, frente a frente
En el Chu, un reino muy antiguo, vivía un hombre que vendía lanzas y escudos. Decía:
—Mis escudos son tan sólidos que nada puede traspasarlos. Mis lanzas son tan agudas que nada hay que no puedan penetrar.
Alguien le preguntó:
—¿Qué pasará si una de tus lanzas choca con uno de tus escudos?
El hombre no pudo replicar.
Esta frase se usa para referirse a los seres que no son consecuentes consigo mismo.
Sospechas infundadas al perder el hacha
Un hombre perdió su hacha y sospechó del hijo de su vecino. Observó la manera de caminar del muchacho y se convenció de que era la de un ladrón; analizó su expresión facial y se aseguró de que era la de un ladrón; observó su forma de hablar, y consideró que era la misma de un ladrón.
Más tarde, encontró su hacha en un valle y, al volver a ver al hijo de su vecino, ya no encontró en él rasgo alguno que se pareciera al de un ladrón.
La locución enseña que ciertas sospechas son infundads y engañosas.
Recopilación y traducción de Li Deming y Dai Bingpo
Proverbios de la Antigua China (1994)
Li Deming, Dai Bingpo
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