miércoles, 9 de marzo de 2016

Cuentos de amor y del Norte

H. Pohl. El mar.

El mar 
No conozco el mar, , pero me lo han contado -decía Marta-, y me ha gustado tanto que casi prefiero no ir a verlo, por si después me defrauda.

Amor
Yo tenía veinte años y el Puente era una ciudad de barro y de camiones, poblada de aventureros y comerciantes, de mujeres adustas y de niños crueles.
Pero en ese mundo también estaba ella, como una luz del sueño y de la duda. Por eso, cuando la conocí, la ciudad se volvió otra. Se adornó con flores imaginadas; flores que yo sentía, sin necesidad de verlas. Y también fue por entonces cuando más brilló el pavés de las calles. Cuando, en cada casa, vivían personas buenas, dispuestas a ayudarme, aunque no sé en qué cosa, porque yo no necesitaba nada.

Cuentos de amor y del Norte (2005)
César Gavela

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