martes, 17 de mayo de 2016

Síndrome de Eróstrato

Philipe Galle. Templo de Artemisa.

Decimos de alguien que padece el síndrome de Eróstrato cuando, por un afán desordenado de notoriedad y fama, realiza actos infames y llamativos que den que hablar aunque sea mal. En el Diccionario de la Academia (1992) aparece como erostratismo, y se define como «manía que lleva a cometer actos delictivos para conseguir renombre».
Eróstrato fue un efesio que, para inmortalizar su nombre, incendió el templo de Artemisa (Diana) en Éfeso la misma noche en que nació Alejandro Magno, el 21 de julio del año 356 a.C. Este templo estaba considerado como una de las siete maravillas del mundo. Los efesios le condenaron a suplicio y prohibieron bajo pena de muerte que se pronunciara su nombre con el fin de frustrar su intento. Evidentemente, no lo consiguieron. Luciano de Samosata (120-180 d.C.), en Sobre la muerte del Peregrino, se refiere al hecho sin nombrar a su autor: «Ya habéis oído contar, me imagino, que en los tiempos antiguos, un individuo, por alcanzar renombre, al no conseguirlo de otra forma, incendió el templo de Ártemis Efesia» (22).
Se trata de una referencia culta cuyo origen es conveniente conocer, entre otras cosas, para no caer en la tentación de Eróstrato.

Estar al loro (2005)
José Luis García Remiro

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