martes, 20 de septiembre de 2016

Pensamientos en una estación seca

Gerald Brenan. Foto: Eldiario.es.

Religión

Los enaciados eran aquellos españoles de la alta Edad Media que no pertenecían a ninguna de las dos religiones, cristianismo e islamismo, y traicionaban por turno a ambas. Ellos vivían en la frontera y algunas veces levantaban verdaderas aldeas, por ejemplo Puebla de Naciados en Extremadura. Se diría que yo soy uno de ellos, situado entre el cristianismo y el agnosticismo, con un pie en cada campo. Pero no veo la necesidad de optar por uno u otro.

Hay cierto humorismo fantástico sobre algunas de las reliquias conservadas en las iglesias. El eminente humanista español Alfonso de Valdés (1490-1552) describe aquellas que vio en un convento cercano a Roma. Dejando aparte las usuales gotas de la leche de la Virgen, las plumas arrancadas a la cola del Espíritu Santo y los clavos de la Santa Cruz, había una botella conteniendo el aliento del asno que estuvo en el establo de Belén cuando nació Jesús.

Traducción de Manuel Vázquez

Pensamientos en una estación seca
Gerald Brenan

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