lunes, 14 de noviembre de 2016

Suspense

Patricia Highsmith. Suspense.

Capítulo 4
Distracciones y consejos para evitarlas

En cuanto a las pequeñas dificultades de la vida, las hay a miles. ¿Qué escritor no ha tenido que trabajar con dolor de muelas, con facturas que hay que pagar, con un niño enfemo en la habitación de al lado o en la misma habitación, cuando te visitan los parientes políticos, cuando una relación amorosa acaba de terminar o cuando el Gobierno te exige que rellenes más y más formularios? Apenas transcurre una mañana sin que el cartero traiga algo que puede producir molestias psíquicas. Nunca me han demandado por difamación, tampoco tengo deudas, pero hay otras cosas que pueden complicarle la vida al escritor la insistencia del Gobierno en que calcules tus ingresos para el año próximo, lo cual es imposible; la noticia de la pérdida o apropiación de bienes causada por haberte mudado de domicilio o por haberte ido a otro país (los escritores viajan con frecuencia porque necesitan cambiar de escenario); o la dificultad de encontrar una vivienda. Una vez, cuando ya tenía resuelto todo lo relativo a un piso nuevo en Manhattan —ya había pagado el alquiler por anticipado, firmado el contrato y avisado a los de las mudanzas— me dijeron que no podía ocuparlo porque era un piso para profesionales. Los escritores no son profesionales, ya que «sus clientes no les visitan». Estuve a punto de escribir al Departamento de la Vivienda o a quien hubiera redactado semejante ley y decirles: «No tienen ustedes idea de cuántos personajes llaman a mi puerta y vienen a verme cada día, y son absolutamente necesarios para mi existencia». Pero no llegué a escribir, sólo me hice la reflexión de que las prostitutas probablemente tenían derecho a un piso como aquél, pero los escritores no.

Traducción de Jordi Beltrán

«Suspense». Cómo se escribe una novela de intriga
Patricia Highsmith   

2 comentarios:

Francesc Cornadó dijo...

Extraordinaria Patricia Highsmith,. La burocracia es una distracción más, no dos dejan ni un momento para estar tranquilos. Seguro que con tanta distracción, Bach no hubiese compuesto ni en cantidad y en calidad como lo hizo, tampoco la Comedia de Dante hubiese sido posible. Un texto cargado de realidad.
Saludos
Francesc Cornadó

Higinio dijo...

Ciertamente es un texto esclarecedor. La vida de los escritores es en ocasiones tan agitada como la de sus personajes, con la diferencia de que es real.

Un fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó