viernes, 22 de diciembre de 2017

El pozo sin fondo

G. K. Chesterton. El hombre que sabía demasiado.

—Temo no estar muy versado en leyendas árabes —dijo Boyle algo picado.
—Es una lástima —repuso Fisher —, especialmente desde el punto de vista de usted. El mismo Lord Hastings es una leyenda árabe. Tal vez sea esto lo verdaderamente importante en él. Si su reputación se desvaneciera, esto nos debilitaría en toda el Asia y el África. Bien; la historia acerca de este agujero en el suelo, que llega hasta nadie sabe dónde, siempre me ha fascinado un poco. Es mahometana por la forma; pero no me extrañaría que fuese más antigua que Mahoma. Se refiere a un sultán llamado Aladino; no nuestro amigo de la lámpara, por supuesto, pero un poco parecido a él en lo de tener que ver con genios y gigantes y cosas por el estilo. Dicen que ordenó a los gigantes que le construyeran una especie de pagoda que se elevara y se elevara por encima de las estrellas. Lo más alto posible, como decía la gente que construía la torre de Babel. Pero los que erigieron la torre de Babel eran gente modesta y casera, una especie de ratoncillos, si se les compara con el viejo Aladino. Sólo querían una torre que llegara al cielo, una pura bagatela. Él quería una torre que pasara del cielo, que se elevara por encima de él y continuara creciendo siempre. Y Alá le abatió con un rayo, que penetró en la tierra, abriendo un agujero cada vez más profundo, hasta que hizo un pozo que no tiene, como la torre no debía tener, remate. Y, por aquella torre invertida de tinieblas, el alma del orgullosos sultán está cayendo sin cesar.

Traducción de R. Berenguer

El hombre que sabía demasiado (1922)
G. K. Chesterton

No hay comentarios: