sábado, 7 de julio de 2018

Sobre algunos enamorados de los libros

Philippe Claudel. Sobre algunos enamorados de los libros.

& hubo uno en Esparta que cubrió el templo de Atenea con certeras fórmulas, que celebraban la piel de las muchachas, la sonrisa de su madre, el vientre de los chivos y el olor del tomillo, grabadas directamente en la piedra rubia con la punta de un clavo de hierro, y que una mañana fue detenido sin un motivo claro y encerrado en la mazmorra indiferente de una cárcel, y jamás se supo qué fue de él allí abajo, pero quienes saben buscar en las ruinas de altas civilizaciones pueden leer todavía entre los escombros de los emplazamientos sometidos a los vientos, a los siglos y a las lluvias suaves, algunos ecos de sus palabras, sus palabras que miran al gran cielo de las noches y los días a través de la finura sonriente de sus surcos

& Hubo también aquel que vivía en una casa con las paredes totalmente empapeladas con las páginas arrancadas de las peores novelas que le habían obligado a leer y que, al vivir en compañía constante de frases penosas —dormitorio, cocina, cuarto de baño, váter, armario, despacho, desván—, escribía novelas de gran empaque, pero que por desgracia jamás hallaron lectores.

Traducción de Lluís Maria Todó

Sobre algunos enamorados de los libros
Philippe Claudel

No hay comentarios: