martes, 26 de febrero de 2019

El infinito viajar

Claudio Magris. El infinito viajar.

Prefacio

Viajar sintiéndose siempre, a un tiempo, en lo desconocido y en casa, pero a sabiendas de que no se tiene, no se posee una casa. Quien viaja es siempre un callejeados un extranjero, un huésped; duerme en habitaciones que antes y después de él albergarán a desconocidos, no posee la almohada en la que apoya la cabeza ni el lecho que le resguarda. Y así comprende que nunca se puede poseer verdaderamente una casa, un espacio recortado en el infinito del universo, sino tan solo detenerse en ella, por una noche o durante toda la vida, con respeto y gratitud. No por azar el viaje es ante todo un regreso y nos enseña a habitar más libre y poéticamente nuestra propia casa. Poéticamente vive el hombre en esta tierra, dice un verso de Hölderlin, pero solo se sabe, como dice otro verso, que la salvación crece allá donde crece el peligro.
En el viaje, desconocidos entre gente desconocida, aprendemos en sentido fuerte a no ser Nadie, comprendemos concretamente que no somos Nadie. Y precisamente, en un lugar querido que se ha trocado casi físicamente en una parte o una prolongación de la propia persona, esto permite decir, haciéndole eco a don Quijote: aquí yo sé quién soy.

Traducción de Pilar García Colmenarejo

El infinito viajar (2005)
Claudio Magris

No hay comentarios: