Wislawa Szymborska. Paisaje con grano de arena.
Volvió. No dijo nada.
Pero era evidente que sufría alguna contrariedad.
Se acostó vestido.
Se tapó la cabeza con una manta.
Se acurrucó.
Cuarentón, pero no ese momento.
Está, pero como se está en el vientre de la madre,
envuelto en siete pieles, en protectora oscuridad.
Mañana pronunciará una conferencia sobre la homeostasis
aplicada a la cosmonáutica metagaláctica.
Por ahora, hecho un ovillo, duerme.
Alabanza de la mala opinión de sí mismo
El águila ratonera no suele reprocharse nada.
Carece de escrúpulos la pantera negra.
Las pirañas no dudan de la honradez de sus actos.
Y el crótalo a la autoaprobación constante se entrega.
El chacal autocrítico está aún por nacer.
La langosta, el caimán, la triquina y el tábano
viven satisfechos de ser como son.
Cien kilos pesa el corazón de la orca,
pero es, en lo esencial,
como una pluma liviano.
En el tercer planeta del sol
la conciencia limpia y tranquila
es síntoma primordial de animalidad.
Traducción de Jerzy Slawomirski y Ana María Moix
Paisaje con grano de arena
Wislawa Szymborska
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