lunes, 27 de abril de 2020

Diccionario de los vientos

Ivetta Guerasimchuk. Diccionario de los vientos.

Introdución

Unos, armados con el ejemplo de los lotófagos de Homero, aspiran a «liberar» el futuro del pasado. El Diccionario de los vientos los denomina «anemófilos». Éstos creen firmemente que el tiempo es infinito, y no les interesa cuánto tiempo ha transcurrido ya, pues lo infinito no tiene límites ni tienen fin los cambios del mundo que se producen en él. Los «anemófilos» celebran todo cambio y prefieren el viento a su ausencia, incluso si se trata de la más poderosa de las tormentas.
Otros valoran el tiempo por encima de cualquier cosa, pues consideran que es un don de Dios y sería insensato, un grandísimo pecado, consumirlo. El Diccionario de los vientos los denomina «cronistas». Los «cronistas» no están seguros del futuro, como tampoco están convencidos de que el tiempo sea infinito. En cambio, están seguros del pasado, y por esto hacen lo posible por «liberar» el pasado del futuro, que lleva en sus entrañas, junto con los cambios que tanto aborrecen los «cronistas», lo desconocido.
Los «anemófilos» y los «cronistas» viven juntos, tanto en el mundo real como en el mundo del Diccionario de los vientos, habitan en cada uno de nosotros. Son seres que aman, padecen, se dedican a búsquedas científicas o de otro orden, mantienen entre sí inacabables disputas en las que no hay ni vencedores ni vencidos; buscan respuestas a las mismas preguntas, unos interrogantes planteados ya hace mucho, y sienten de manera intuitiva que estas respuestas existen. Y tarde o temprano las encuentran. Pero a menudo aquello que descubren no les satisface. Y vuelven a dudar de ellas y comienzan a buscar de nuevo.

Traducción: Galaxia Gutemberg / Círculo de Lectores

Diccionario de los vientos
Ivetta Guerasimchuk

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