miércoles, 8 de julio de 2020

Cuadernos de un escritor

H. Pohl. El mar.

1916

El Pacífico. Algunos días ofrece todos los colores de vuestra fantasía. El mar está en calma y bajo el cielo azul es de un azul brillante. En el horizonte hay algunas nubes aborregadas, bajo el sol poniente adquieren extrañas formas y parece imposible que no sean cordilleras. Las noches son entonces deliciosas; las estrellas, muy brillantes y, más tarde, cuando sale la luna, su luminosidad deslumbra. Pero muy a menudo el mar está encrespado, coronado de blancas crestas, y algunas veces gris como el Atlántico. Hay una fuerte marejada. La cosa más maravillosa del Pacífico es su soledad. Se pasan días y días sin ver un barco. De vez en cuando las gaviotas sugieren que la tierra no está lejana, la de una de esas islas perdidas en la inmensidad desierta de las aguas; pero ni un vapor, ni un barco de vela, ni una barca pesquera aparecen a la vista. Es un desierto vacío, y este vacío llena luego de una sensación de vago presentimiento. En aquella vasta y silenciosa superficie desierta hay un algo que asusta.

Traducción de Manuel Bosch

Cuadernos de un escritor (1892-1944)
William Somerset Maugham

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