Arthur Schopenhauer retratado por Johann von Strasioipka.
La auténtica vida de un pensamiento dura únicamente hasta que llega a la frontera de la palabra: allí se petrifica, de ahí en adelante está muerto, pero inquebrantable, como las bestias y plantas petrificadas del mundo primitivo. También a la del cristal durante la cristalización se puede comparar su vida, fugazmente auténtica.
En cuanto nuestro pensamiento ha encontrado palabras, deja de ser íntimo, e incluso solemne, en su sentido más profundo. Donde empieza a ser una realidad para otros, deja de vivir en nosotros; como el niño que se separa de la madre cuando empieza a tomar conciencia de una identidad propia. Dijo el poeta:
¡No me debéis confundir con contradicciones!
Tan pronto como se habla comienzan los errores.
Traducción Eva Fructuoso
Sobre escritura y estilo
Arthur Schopenhauer
No hay comentarios:
Publicar un comentario