Vladimir Holan. Foto: El País.
Entramos en la cabina y nos quedamos solos los dos.
Nos miramos sin hacer nada más.
Dos vidas, un instante, la plenitud, la felicidad...
En el quinto piso ella salió, y yo, que iba más arriba,
comprendí que nunca volvería a verla,
que nos habíamos encontrado una vez, para siempre,
que aun habiéndola seguido lo hubiera hecho como un muerto
y que si ella hubiera vuelto a mí
no hubiera vuelto más que del otro mundo.
De Dolor (1949-1955)
Traducción de Josef Forbelsky
Revisión y prólogo de Guillermo Carnero
Una noche con Hamlet. Otros poemas
Vladimir Holan
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