miércoles, 2 de diciembre de 2020

Epigramas

Carlos Díaz Dufoo Hijo. Epigramas.

La razón le abandona cuando necesita pensar.

Cumple un año más. En otra época eso pudo tener importancia. pero ahora ¿qué importa un año más en el tiempo de un muerto?

Regalaba, generosamente, las ideas ajenas.

La vida, como un soplo remoto, pasó entre sus dedos, íntima y ajena. De su visita quedó la huella del viento que agitó las hojas.

Después de triunfar en todo y de ganar cien coronas de laurel, advirtió, con sorpresa, que no tenía una cabeza de donde colgarlas.

Cree que lo que hace lo hace por deber. Nunca ha analizado un deber.

En él no duró nunca idea ninguna. Su alma era de fuego.

Camina sin descanso. Sus pies sangran. Los vientos abren surcos en sus carnes marchitas. Busca el propio país, en donde nunca estuvo.

—¡Qué viajar milagroso el de quien no ha viajado!
—Por eso son los sueños.

Epigramas (1927)
Carlos Díaz Dufoo Hijo 

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