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sábado, 30 de octubre de 2010

Desapercibido

William James en 1890. Fuente de la imagen: Wikimedia Commons.

Si fuera posible físicamente, no se podría concebir castigo más diabólico que soltar a alguien en la sociedad y que pasara absolutamente desapercibido entre todos sus miembros. Si nadie volviera la vista cuando entramos, contestara cuando hablamos o si a nadie le importara lo que decimos, si las personas a las que nos encontramos "nos hicieran el vacío" y actuaran como si no existiéramos, no tardaría en invadirnos una desesperación furiosa e impotente y, en comparación, la tortura física más cruel sería un alivio.

Principios de psicología, 1890.
William James

2 comentarios:

  1. Recemos para que nunca vivamos la situación que describe James en su libro,y que el destino nos depare otras vivencias menos tenebrosas.

    ¡Toquemos madera!


    Un fuerte abrazo, amiga Mariàngela.

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