Circe Maia. Destrucciones.
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Realidad
Gran trabajo dio hacer comprender que no existe esa especie de "patio interior" dentro de nosotros.
Lo que ocurrió es que era extraordinariamente cómodo el imaginar una especie de receptáculo en el que se iban depositando imágenes y recuerdos. ¡Cómo! ¿No somos entonces como una vasija, que contiene un líquido precioso? No.
Entonces, cuando tememos haber perdido un recuerdo, ¿dónde buscarlo? Pues volviendo la mirada hacia el pasado, hacia donde estaba, hacia donde está.
Sí, está allí, fuera de nosotros, tal como estaba, tal como estará siempre.
Allí está aquella mirada tranquila y alegre, allí suena aquella voz con sus inflexiones tan propias. Todo eso es tan absolutamente real como estos trazos que están también volviéndose pasado a medida que se fijan en el papel.
No necesitan otro mundo ni un mundo interior.
Reales, firmísimos. No un fantasma invisible, no una huella borrosa en la memoria.
Destrucciones (1986)
Circe Maia
La memoria es este receptáculo donde se almacenan las vivencias y los conocimientos.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Y afortunadamente la memoria es selectiva. Recordarlo todo sería un despropósito, un inconveniente intolerable.
ResponderEliminarU fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó