Junichiro Tanizaki. El elogio de la sombra.
¿Cuál puede ser el origen de una diferencia tan radical en los gustos? Mirándolo bien, como los orientales intentamos adaptarnos a los límites que nos son impuestos, siempre nos hemos conformado con nuestra condición presente; no experimentamos, por lo tanto, ninguna repulsión hacia lo oscuro; nos resignamos a ello como a algo inevitable: que la luz es pobre, ¡pues que lo sea!, es más, nos hundimos con deleite en las tinieblas y les encontramos una belleza muy particular.
En cambio los occidentales, siempre al acecho del progreso, se agitan sin cesar persiguiendo una condición mejor a la actual. Buscan siempre más claridad y se las han arreglado para pasar de la vela a la lámpara de petróleo, del petróleo a la luz de gas, del gas a la luz eléctrica, hasta acabar con el menor resquicio, con el último refugio de la sombra.
Traducción del francés de Julia Escobar
El elogio de la sombra (1933)
Junichiro Tanizaki
¡Cuántas veces leyendo "El elogio de la sombra", he recordado a Couperin!
ResponderEliminarSaludos
En verano, cuando aprieta el calor, la sombrea tiene muchos acólitos. Me hallo entre ellos...
ResponderEliminar"El elogio de la sombra" es un libro exquisito. De lectura pausada y golosa. La música le va fenomenal.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo Francesc Cornadó
Yo también soy de los que disfruta de la sombra. Y de la luna en la noche.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo Luis Antonio