Takuboku. Un puñado de arena.
Corazón de otoño,
pena sin descanso,
noches en vela,
oyendo y oyendo
graznar a los patos.
Por ver si recojo
las migajas pobres
de los sonidos
de las cosas negras,
ando errante en la noche.
Cuando me doy cuenta,
he estado vagando
solo en la noche,
empapado en niebla
desde no sé cuándo.
Traducción de Antonio Cabezas
Un puñado de arena
Takuboku (1886-1912)
No hay comentarios:
Publicar un comentario