domingo, 28 de febrero de 2010

The Tokyo-Montana Express

Richard Brautigan. Foto de Vernon Merritt III.

Hotel, Tokio, 6 de junio de 1976

Algunos trucos para matar el aburrimiento de una tarde de hotel en Tokio:

1. Cenar solo.
Siempre es muy divertido.

2. Pasear sin rumbo alrededor del hotel.
El hotel es enorme y hay mucho sitio para pasear sin rumbo.

3. Subir y bajar en el ascensor sin ningún motivo.
La gente que sube va a sus habitaciones. Yo no.
La gente que baja sale a la calle.
Yo no.

4. Pienso seriamente en utilizar el teléfono interior para llamar a mi habitación 3003 y dejarlo sonar mucho tiempo. Luego, preguntarme dónde estaré y cuándo volveré, ¿Debería dejar un recado en recepción pidiendo que me avisen en cuanto esté de vuelta?

The Tokyo-Montana Express
Richard Brautigan

Las flores del mal

La calle aturdidora en torno mío aullaba.
Alta, fina, de luto, dolor majestuoso,
se cruzó una mujer. Con un gesto precioso
recogía la blonda que la brisa agitaba.
Y era ágil, noble, con su pierna de escultura.
Yo bebí en el instante, embriagado y crispado,
en su pupila -cielo de tormenta preñado-
placer mortal y a un tiempo fascinante dulzura.
Un relámpago... ¡y noche! Fugitiva beldad
cuya mirada me ha hecho de pronto renacer,
¿no he de volver a verte sino en la eternidad?
¡Lejos, lejos..., o tarde..., cuando no pueda ser!
Pues dónde voy no sabes, ni yo sé adónde huiste,
¡tú, a quien yo hubiera amado, tú, que lo
comprendiste.
A una transeúnte
(Traducción Ángel Lázaro)
Charles Baudelaire

sábado, 27 de febrero de 2010

Los Grandes Cementerios bajo la Luna


Georges Bernanos. Les Grands Cimetières Sous La Lune.

Escribo en las mesas de los cafés, porque no me podría pasar mucho tiempo sin el rostro y la voz humana... escribo en los cafés como antes escribía en los vagones de los trenes, para no engañarme con personajes imaginarios, para encontrar, mirando al desconocido que pasa junto a mí, la medida exacta del dolor y de la alegría.

Los Grandes Cementerios bajo la Luna
Georges Bernanos

Piedra

Johannes Wessmark. Maidbay. Bahía de las doncellas.

La piedra, quieta,
callada, ocupa siempre
con violencia un espacio.

Con la fija obsesión
de no dejarlo.

Puntos de fuga
Lorenzo Oliván

viernes, 26 de febrero de 2010

Viajes

Luigi Rossini. Vista de Roma.
El estado francamente ruinoso de las ruinas romanas les causó grima. Cuando alguno comentó que ni siquiera los ediles bonaerenses tolerarían tanto abandono, el lenguaraz defendió a la municipalidad local y, en un arranque imputable al despecho, cargó la culpa a los mismos turistas, que pagaban por visitar escombros y demoliciones. De tal suerte las giras constituyen ponderables cursos pedagógicos, ya que mientras recorremos paisajes pintorescos nos asomamos a imprevistas peculiaridades de la mente humana.

Confidencias de un lobo
Adolfo Bioy Casares

La casa de los aduaneros


Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
sobre el barranco profundo de la escollera:
desolada te espera desde la noche
en que entró allí el enjambre de tus pensamientos
y se detuvo inquieto.

El sudeste azota hace años los viejos muros
y el sonido de tu risa ya no es alegre:
la brújula gira enloquecida a la aventura
y el cálculo de los dados ya no vuelve.
Tú no recuerdas; otro tiempo trastorna
tu memoria; un hilo se devana.

Aún tengo un extremo; pero se aleja
la casa y sobre el techo la veleta
tiznada gira sin piedad.
Tengo un extremo; pero tú estás sola,
no respiras aquí en la oscuridad.

¡Oh el horizonte en fuga, donde se enciende
rara la luz del petrolero!
¿Está aquí el paso? (la marejada insiste
aún sobre el barranco que se derrumba...)
Tú no recuerdas la casa de esta
noche mía. Y no sé quién se va y quién se queda.

Eugenio Montale
Versión de Lorenzo Peirano
Foto: Casa de aduaneros de Vegadeo (Asturias)

jueves, 25 de febrero de 2010

El Teorema de Thomas

 
“If men define situations as real, they are real in their consequences.”
“Si las personas definen las situaciones como reales, éstas son reales en sus consecuencias”

Seda

Guan Zeju. Belleza eterna.

Era 1861. Flaubert estaba acabando Salambó, la luz eléctrica era todavía una hipótesis y Abraham Lincoln, al otro lado del océano, estaba combatiendo en una guerra cuyo final no vería. Los criadores de gusanos de seda de Lavilledieu se unieron en consorcio y recogieron la cantidad, considerable, necesaria para la expedición. A todos les pareció lógico confiarla a Hervé Joncour. Cuando Baldabiou le pidió que aceptara, él respondió con una pregunta.
-¿Y dónde quedaría, exactamente, ese Japón?
Siempre recto. Hasta el fin del mundo.
Partió el seis de octubre. Solo.

Seda
Alessandro Baricco

miércoles, 24 de febrero de 2010

Diccionario de ideas recopiladas

Gustave Flaubert. Diccionario de ideas recopiladas.

Alabastro. Sirve para describir las partes más hermosas del cuerpo de la mujer.

Besar. Decir "abrazar", es más decente. Dulce robo. El beso se deposita en la frente de una jovencita, en la mejilla de una mamá, en la mano de una muchacha hermosa, en el cuello de un niño, en los labios de una amante.

Biblioteca. Siempre hay que tener una en casa, principalmente cuando se vive en el campo.

Candor. Siempre adorable. Se lo posee en abundancia o se carece por completo de él.

Época. (nuestra). Protestar en su contra. Lamentarse de que no es poética. Llamarla época de transición, de decadencia.

Imaginación. Siempre viva. Desconfiar de ella. Cuando no se la tiene, denigrarla en los demás. Para escribir novelas, basta con tener imaginación.

Original. Reirse de todo lo que es original, detestarlo, burlarse y exterminarlo si se puede.

Quiosco. Lugar delicioso en un jardín.

Ruinas. Provocan ensoñaciones y otorgan poesía a un paisaje.

Viajero. Siempre intrépido.

Viejo. A propósito de una inundación, una tormenta, etc., los viejos de la respectiva región nunca recuerdan haber visto otra parecida.

Diccionario de ideas recopiladas
Gustave Flaubert

martes, 23 de febrero de 2010

Las gaviotas

Bernardo Atxaga. Fotografía de Ernesto Valverde.

Todas las tardes
se reúnen las gaviotas
frente a la estación del tren:
Allí repasan sus amores.

En su libro de memorias
dos flores de sándalo:
una señala la página de los puentes,
otra la de los suicidas.

Y también guardan una fotografía
del mendigo que, hace tiempo, transportaba
los despojos del mercado.

Pero su pequeño corazón
-que es el de los equilibristas-
por nada suspira tanto
como por esa lluvia tonta
que casi siempre trae el viento,
que casi siempre trae el sol.

Por nada suspira tanto
como por el inacabable
(cabalé, cabalá)
continuo mudar
del cielo y de los días.

Las gaviotas
Bernardo Atxaga

lunes, 22 de febrero de 2010

domingo, 21 de febrero de 2010

Transhimalaya

Sven Hedin. Transhimalaya. 1ª edición en alemán, 1909.
En este punto, tan importante geográficamente, situado a 5165 metros sobre el mar, pasamos una tarde y una noche inolvidables. De pie, inmóvil, contemplaba el Indo saliendo del seno de un muro de rocas. Estático miraba aquel insignificante riachuelo serpentear por el valle y pensaba en los destinos que le aguardaban antes de que, entre paredes rocosas, haya cantado hasta el fin su rumorosa canción en constante crescendo, cuando, llegado al mar, en Karachi, los vapores cargan y descargan sus mercancías. Pensaba en su ruta infatigable a través del Tibet occidental, de Ladakh y Baltistán, frente a Skardo, donde los albaricoqueros de las orillas inclinan sus copas al paso de sus ondas; a través de Dardistán y Kuhistán, a lo largo de Peshawar y a través de la llanura del Punjab occidental, hasta anegarse finalmente en las olas cálidas del salado Océano, nirvana y puerto de eterno reposo de todos los ríos cansados. Allí, inmóvil, me preguntaba si tal vez el macedónico Alejandro, al cruzar el Indo dos mil doscientos años antes, había presentido dónde se hallaban sus fuentes y sentía una honda satisfacción al tener conciencia de que jamás, aparte los tibetanos, nadie más que yo había alcanzado este punto.

Transhimalaya
Sven Hedin

sábado, 20 de febrero de 2010

Un viaje en ómnibus

Lin Yutang. Amor e ironía. Editorial Biblioteca Nueva.

Como de costumbre, llegué justamente a tiempo para detener la lancha de vapor, que ya se estaba alejando del muelle. Me iba para Changchow, mi ciudad natal y mi Meca. Faltaba de mi hogar desde hacía años, y pocos vagabundos regresan a sus hogares paternos con un placer más intenso que el que yo sentía aquella mañana de diciembre. De Amoy a Changchow hay unos cincuenta y cinco kilómetros, y se había construído una carretera para automotores por la que transitaba una línea de ómnibus que, se suponía, iba a llevarnos hasta allí en hora y media. Tal es, tengo entendido, el gran progreso de la comarca desde mis días de colegio.
La lancha de vapor iba a llevarnos de la isla de Amoy al litoral vinculado a Changchow. En la lancha había ya unos veinte pasajeros, entre ellos dos muchachas estudiantes y un mercader vuelto de los mares del sur, vestido ostentosamente, que se revolcaba en todas las glorias de su reloj pulsera de oro y su boquilla con franja del mismo metal. Era un hombre de unos cuarenta años, de aspecto algo aceitoso, pero que llevaba escarpines, lo cual me hizo recordar que era crudo invierno en Amoy. Hablaba con voz estentórea, y en tal forma, que todo el mundo podía o debía escucharle. "Soerabaya... Siam... Annam... Soerabaya". Las sílabas rodaban de sus labios como mármoles perfectamente redondeados. A su lado había una mujer, quieta, modesta, y de no mala presencia, pero que se revolcaba todavía más que aquél en las glorias de sus brazaletes de oro y una cadena de oro con un broche que podía haber pesado más o menos media onza. Las estudiantes miraban a esa mujer y reían entre dientes. Llevaban enormes capas de lana sobre los hombros como si fuesen chales españoles. El hecho de que las muchachas llevaran polleras muy cortas hacía resaltar aquel efecto; de modo que no se podía ver nada, excepto los chales y las piernas. El contraste entre ellas y la mujer del mercader de los Mares del Sud era perfecto. Ésta era la Vieja China y aquellas representaban la China Moderna. Y la China Moderna se reía entre dientes de la Vieja China. La China Moderna -o, mejor dicho, las dos Chinas Modernas- tenían el cabello con ondulación permanente.

Traducción de Alfredo Weiss y Héctor F. Miri

Amor e ironía
Lin Yutang

viernes, 19 de febrero de 2010

Sobre el desierto

Antonio Fuertes. Beduinos.
Tratar de evitar la arena en un desierto es, en efecto, tarea propia de titanes.
Hace mucho tiempo ha descubierto que su universo se compone básicamente de arena y que, en esas condiciones en que vive, lo único factible es un oasis. A él le gustarían (imagina) mujeres ilustradas, estetas, aventureros, bailarinas retiradas, ese tipo de gente que sólo circula por los libros. Pero aquí (sobre la arena) sólo concurren los beduinos, siempre a lomos de esos horripilantes camellos que, aún cuando no están a la vista, pueden adivinarse por el insoportable olor de las cagarrutas venideras.
Limpiar de arena un trozo de desierto es la tarea a la que él dedica sus más íntimos esfuerzos. Pero las dunas, irresistiblemente, avanzan, y con ellas regresan las partidas de camelleros dispuestos a jugarse a los dados unas pellejas de agua en su presencia.
Como él es muy hospitalario, en esos casos les acoge bajo su tienda. Incluso les ofrece té.
Y ellos (los beduinos) le están agradecidos, muy agradecidos, aunque él les diga (y esto podría jurarlo, tanto les odia) que no tienen por qué hacerlo.


Noticia de tierras improbables
Pedro Ugarte

Pernoctando en el río Ch' iente


"Se mece el barco, anclado en la isla neblinosa,
el Sol se pone, la preocupación del viajero surge.
En la vasta llanura, el cielo baja hasta los árboles,
en el río puro, la Luna se acerca al hombre."


Meng Hao-Ren (689-740 D. De C.)

jueves, 18 de febrero de 2010

Sagrada Biblia

Imagen de http://www.welcomargentina.com/
14 / No abandones al amigo antiguo, que el nuevo no valdrá lo que él.

15 / Vino nuevo el amigo nuevo; cuando envejece es cuando se bebe con placer.

"Eclesiástico, 9"
Sagrada Biblia

Lo que dijo el trueno

Thomas S. Eliot. Retrato de Gerald F. Kelly.

¿Quién es ese tercero que anda siempre a tu lado?
Cuando cuento, sólo estamos tú y yo juntos
pero veo frente a mí, por el camino blanco,
siempre a otro que camina a tu lado,
deslizándose cubierto por un manto pardo,
embozado, no sé si es hombre o mujer
-¿pero quién es ese que va a tu vera?

Nota de Eliot:
Estos versos fueron sugeridos por el relato de una de las expediciones al Antártico (he olvidado cuál, pero creo que es una de las de Shackleton): en ella relata que el grupo de exploradores, llegados al extremo de sus fuerzas, tenían la continua impresión de que había entre ellos uno más de los que en rigor podían contar.

Traducción de Juan Malpartida.

La tierra baldía
Thomas S. Eliot

miércoles, 17 de febrero de 2010

«Nulla dies sine linea»

 
«Nulla dies sine linea»

Nos iremos


"Nos iremos, me iré con los que aman,
dejaré mis jardines y mi perro
aunque parezcas dura como el hierro
cuando los vientos vagabundos braman.

Nos iremos, tu voz, tu amor me llaman:
dejaré el son plateado del cencerro
aunque llegue a las luces del desierto
por ti, porque tus frases me reclaman.

Buscaré el mar por ti, por tus hechizos,
me echaré bajo el ala de la vela,
después que el barro zarpe cuando vuela

la sombra del adiós. Como en los fríos
lloraré la cabeza entre tu mano
lo que me diste y me negaste en vano."

Silvina Ocampo
Foto de Silvina Ocampo junto a Bioy Casares

Los cantos de Maldoror

El rapto místico como vía al infinito
Un día, con los ojos vidriosos, me dijo mi madre: "Cuando estés en cama y oigas los ladridos de los perros en el campo, ocúltate bajo los cobertores; no te burles de lo que hacen: tienen sed insaciable de infinito, como tú, como yo, como todos los otros humanos de rostro pálido y alargado. Hasta te permito que, acercándote a la ventana, observes ese espectáculo por demás sublime." Desde entonces respeto la voluntad de la muerta. Igual que los perros, experimento esa necesidad de infinito... Pero ¡no puedo, no puedo satisfacer esa necesidad! Hijo soy de hombre y de mujer, según me han dicho. Lo que me deja asombrado... Creía ser más.
Los cantos de Maldoror
Isidore Ducase. Conde de Lautremont

Sueños de robot

Isac Asimov. Retrato de Rowena Morrill.
Esto es lo que escribe Asimov sobre "Sueños de robot":

Byron Preiss preparó una antología de cuentos míos pensando en sacar una bonita y limitada edición ilustrada y (fue idea suya) le puso como título "Sueños de robot".
Luego me dijo:
-Me gustaría tener un cuento original para la antología y me gustaría que su título fuera "Sueños de robot".
-Y con ese título -dije yo-, ¿cuál podría ser el tema?
-Los sueños de un robot -dijo él.
-¿Qué tipos de sueños tendría un robot? -le pregunté.
-El que escribe ciencia ficción eres tú. Imagínatelo.
Así que escribí "Sueños de robot".

-Elvex, ¿me oyes? -dijo.
-Sí, doctora Calvin -contestó el robot.
-¿Tu sueño tuvo continuación? Antes dijiste que al principio no aparecían seres humanos. ¿Quiere eso decir que aparecen luego?
-Sí. doctora Calvin. En mi sueño me pareció que luego se veía a un hombre.
-¿Un hombre? ¿No un robot?
-Sí, doctora Calvin. Y el hombre entonces dijo: "¡Libera a mi pueblo!"
-¿El hombre dijo eso?
-Sí, doctora Calvin.
-¿Y cuando dijo "¡Libera a mi pueblo!", con las palabra "mi pueblo" se refería a los robots?
-Sí, doctora Calvin. Así ocurría en mi sueño.
-¿Y sabías quién era ese hombre... en tu sueño?
-Sí, doctora Calvin. Sabía quién era ese hombre.
-¿Quién era?
-Ese hombre era yo -dijo Elvex.
Y Susan Calvin alzó inmediatamente su pistola de electrones, disparó, y Elvex dejó de existir.

Sueños de robot
Isaac Asimov

martes, 16 de febrero de 2010

Un hombre marchó

Mari Trini

"Un hombre marchó"

«El que escribe sobre prostitución»

 
 Fuente de la imagen: Wikipedia
“ENTRE AFRODITA Y EROS”
Deseo, amor y sexo, en la poesía de Grecia
PRESENTACIÓN
******
Más de una vez habremos escuchado la calificación de pornográfica para este tipo de arte y literatura. La palabra fue usada allá por el siglo II a.C. en la obra Deipnosofistas o Los Comensales Sabios de Ateneo Gramático. El vocablo “pornógrafo” quería decir “el que escribe sobre prostitución”, nada que ver con las prácticas sexuales gobernadas por el deseo erótico. Sólo la prostitución, que era sinónimo de comercio sexual, podía ser consideraba como algo vergonzante (*).
******
(*) Había también una prostitución sagrada que, en algunos lugares de culto, tenía particular importancia, como en el caso del templo de Afrodita en la Acrópolis de Corinto; era ejercida por las hieródulas o siervas sagradas.

“ENTRE AFRODITA Y EROS”
Deseo, amor y sexo, en la poesía de Grecia
Selección, traducción y notas de Wenceslao Maldonado

Wenceslao Maldonado

lunes, 15 de febrero de 2010

El autobús


Fui el último pasajero del día.
Estaba solo en el autobús.
Me sentía contento de que se estuvieran gastando tanto dinero
sólo para llevarme por la Octava Avenida arriba.
¡Conductor! Grité, estamos usted y yo esta noche.
huyamos de esta gran ciudad
a una ciudad más pequeña más propia para el corazón,
conduzcamos más allá de las piscinas de Miami Beach,
usted en el asiento del conductor, yo varios asientos más atrás,
pero en las ciudades racistas cambiaremos de lugar
para mostrar lo bien que le ha ido arriba en el norte,
y busquemos para nosotros alguna diminuta villa pesquera americana
en la Florida desconocida
y aparquemos justamente al borde de la arena,
un enorme autobús como una señal,
metálico, pintado, solitario,
con matrícula de Nueva York.

Leonard Cohen
De Flores para Hitler

(versión de Antonio Resines)
Foto: autobus de New York

«Las mujeres se representarán siempre con actitudes vergonzosas»

 
El Tratado de la Pintura
§ LXIV.
Cómo se dibujarán las mujeres.

Las mujeres se representarán siempre con actitudes vergonzosas, juntas las piernas, recogidos los brazos, la cabeza baja, y vuelta hacia un lado.

Antología poética

Imagen de: Internatural.blogspot.com
1
Poesía...,
tristeza honda y ambición del alma...
¡cuándo te darás a todos... a todos,
al príncipe y al paria,
a todos...
sin ritmo y sin palabras!...
2
Deshaced ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
3
Más bajo, poetas, más bajo...
hablad más bajo
no gritéis tanto
no lloréis tan alto
si para quejaros
acercáis la bocina a vuestros labios,
parecerá vuestro llanto
como el de las plañideras, mercenario.
4
Y si el verso
poetas cortesanos
si el verso como el hombre
no fuese de cristal
sino de barro.
Preceptiva poética
León Felipe

Tus ojos se me van


"Tus ojos se me van
de mis ojos y vuelven
después de recorrer
un páramo de ausentes.

Tu boca se me marcha
de mi boca y regresa
con varios besos muertos
que aún baten, que aún quisieran.

Tus brazos se desploman
en mis brazos y ascienden
retrocediendo ante esa
desolación que sientes."

Miguel Hernández
De "Cancionero y romancero de ausencias"

Foto:Miguel Hernández y Josefina

Antología poética

¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran
los mismos pueblos, las mismas ventas
los mismos rebaños, las mismas recuas!
¡Qué pena si esta vida tuviera
-esta vida nuestra-
mil años de existencia!
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
y los mismos farsantes, las mismas sectas
¡y los mismos, los mismos poetas!
¡Qué pena,
que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!
Qué pena
León Felipe

Conservación de los recuerdos

Julio Cortázar ojeando libros en una calle de París en 1969. Foto de Pierre Boulat.

Las famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o "Frank Sinatra".
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de las famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y las famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.

Historias de cronopios y famas
Julio Cortázar

domingo, 14 de febrero de 2010

Calzado humano

Vincent Van Gogh. Un par da zapatos.

Hermanos incitantes zapatos desmantelados escucho en vuestro caracol una atronadora melodía de cosas que pasan y estallan como un tambor quemado vivo en viejas habitaciones abandonadas
Hacia donde me condujeron y de las cuales me arrancaron sin saber por qué
Para lanzarme al viento de esos grandes paisajes asados de la nada
¡Dementes zapatos míos mocasines hambrientos de garras de pantera!

Calzado humano (fragmento)
Enrique Molina

sábado, 13 de febrero de 2010

Tristes Trópicos

Claude Lévi-Strauss, caminando por París, 2005. Foto de Daniel Mordzinski.
Quisiera haber vivido en el tiempo de los verdaderos viajes, cuando un espectáculo aún no malgastado, contaminado y maldito se ofrecía en todo su esplendor; ¡no haber franqueado yo mismo este recinto, pero como Bernier, Tavernier, Manucci..! Una vez entablado el juego de las conjeturas ya no tiene fin. ¿Cuándo habría que haber visto la India? ¿En qué época el estudio de los salvajes brasileños podía proporcionar la satisfacción más pura, hacerlos conocer bajo su forma menos alterada? ¿Hubiera valido más llegar a Rio en el siglo XVIII con Bougainville, o en el XVI con Léry y Thevet? Cada lustro hacia atrás me permite preservar un hábito, ganar una fiesta, participar de una creencia suplementaria. Pero conozco demasiado los textos para no saber que al retroceder un siglo renuncio al mismo tiempo a informaciones y a curiosidades que enriquecerían mi reflexión. Y he aquí, ante mí, el círculo infranqueable: cuanto menores eran las posibilidades de las culturas humanas para comunicarse entre sí y, por lo tanto, corromperse por mutuo contacto, menos capaces eran sus respectivos emisarios de percibir la riqueza y la significación de esa diversidad.
En fin de cuentas soy prisionero de una alternativa: o antiguo viajero, enfrentado a un prodigioso espectáculo del que nada o casi nada aprehendería, o que, peor aún, me inspiraría quizá burla o repugnancia; o viajero moderno que corre tras los vestigios de una realidad desaparecida.

Tristes Trópicos
Claude Lévi-Strauss

viernes, 12 de febrero de 2010

Viajero que llegas de otras tierras y pasas al lado de mi tumba

 
Viajero que llegas de otras tierras
y pasas al lado de mi tumba,
detén tu litera y mira un breve instante
el mensaje que ha grabado el pedrero:
cuanto atesoré en vida quedó entre vivos,
la hierba que me cubre es toda mi riqueza.
Estelas
Mercedes Escolano

Dársena

Mundaka
No hace mucho me llegó la noticia de que había vuelto a abrir el Café Larssen, en el pueblecito costero donde, hasta que murió nuestro padre, solíamos pasar el verano. Era un lugar sin nada especial, con apenas quinientos habitantes, una iglesia románica, una fábrica de conservas de pescado y un pequeño e inexplicable museo del cine, cerrado la mayor parte del año. Pero había un momento en que se transformaba. Entonces todo parecía más grande. Y no sólo por las familias que afluían indefectiblemente de junio a septiembre a las urbanizaciones de la periferia. La propia luz del estío parecía dilatarlo todo. Las viejas casas del puerto, los cuatro o cinco cascarones que flotaban en la dársena, la arena de la playa; el mismo mar parecía hincharse para recibir a los bañistas.

Dársena
Asdrúbal Hernández

La llama de una vela

Antonio Blanca Sánchez. A la luz de la vela.

Entre todas las imágenes, las de la llama -tanto las ingenuas como las más alambicadas, las recatadas como las traviesas- llevan una señal de poesía. Todo soñador de llama es un poeta en potencia. Todo sueño ante la llama es un sueño de asombro. Todo soñador de llama está en estado de sueño originario. Este extrañamiento primero está enraizado en nuestro lejano pasado. Tenemos para la llama una natural admiración, diríamos: una admiración innata. La llama produce una acentuación del placer de ver más allá de lo siempre visto. Nos obliga a mirar,
La llama nos convoca a ver por primera vez: tenemos mil recuerdos de ella, soñamos en ella toda la personalidad de una remota memoria y sin embargo soñamos en ella como todo el mundo, nos recordamos como todo el mundo se recuerda -mientras, según una de las leyes más constantes del sueño ante la llama, el soñador vive en un pasado que ya no es únicamente el suyo, en el pasado de los primeros fuegos del mundo.

Traducción de Hugo Gola

La llama de una vela
Gaston Bachelard

jueves, 11 de febrero de 2010

«Soñé que te... ¿Direlo?»

 
William-Adolphe Bouguereau:Jeune fille se défendant contre Éros. Fuente: Wikipedia
«Soñé que te... ¿Direlo?»
¡Ay, Floralba! Soñé que te... ¿Direlo?
Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
juntara tanto infierno a tanto cielo?
Mis llamas con tu nieve y con tu yelo,
cual suele opuestas flechas de su aljaba,
mezclaba Amor, y honesto las mezclaba,
como mi adoración en su desvelo.
Y dije: «Quiera Amor, quiera mi suerte,
que nunca duerma yo, si estoy despierto,
y que si duermo, que jamás despierte».
Mas desperté del dulce desconcierto;
y vi que estuve vivo con la muerte,
y vi que con la vida estaba muerto.
Sonetos
Francisco de Quevedo

Antología personal

"Noctívago en la lluvia"
Así es mi vida,
piedra,
como tú; como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser piedra
de una Lonja,
ni piedra de una Audiencia,
ni piedra de un Palacio,
ni piedra de una Iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que, tal vez, estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y ligera...
 "Como tú..."
León Felipe

miércoles, 10 de febrero de 2010

Lejos

 

"Cuánto Bilbao en la memoria. Días
colegiales. Atardeceres grises,
lluviosos. Reprimidas alegrías,
furtivo cine, cacahuy, anises.

Alta terraza, procesión de jueves
santo, de viernes santo, santo, santo.
Por Pagasarri las últimas nieves
y por Archanda helechos hechos llanto.

Vieja Bilbao ,antigua Plaza Nueva,
Barrencalle Barrena, soportales
junto al Nervión: mi villa despiadada

y beata. (La Virgen de la Cueva
que llueva, llueva, llueva). Barrizales
del alma niña y tierna y destrozada.

Blas de Otero

En la cima, la nada. Pero todo se arriesga por la cima del amor o del arte.

 
John Singer Sargent:Prometheus in enchained. Fuente:Wikipedia
        En la cima, la nada.       
    Pero todo se arriesga por la cima       
    del amor o del arte.

Problemas de doblaje 
Aurora Luque

lunes, 8 de febrero de 2010

Te busqué la puerta estrecha del alma, pero no tenía, de franca que era, entrada tu alma.

 
Ray Caesar:power and glory. Fuente:Ray Caesar
El alma tenías...

El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.
Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.
Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-,
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.
Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entrada tu alma.
¿En dónde empezaba?
¿acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.
(La poesía de Pedro Salinas)
Pedro Salinas

Sinuhé el egipcio


Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para alagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo del porvenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y cansado estoy de la esperanza en la inmortalidad, como lo estoy de los dioses y los reyes. Es, pues, para mí sólo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritores pasados o futuros.

Sinuhé el egipcio
Mika Waltari

Una palabra nueva: Kuboa

Knut Hamsun, en su despacho. Foto de Anders Beer Wilse, 1929.
Volví a acostarme para tratar de dormir; pero, en realidad, para volver a luchar con las tinieblas. La lluvia había cesado fuera, y no se oía ningún ruido. Durante un rato presté atención a la calle y no descansé hasta oír los pasos de un transeúnte, un agente, a juzgar por el sonido. De pronto me puse a dar chasquidos con los dedos mientras soltaba la risa. ¡Era endiabladamente gracioso! ¡Ah! Creía haber encontrado una palabra nueva. Me incorporé y dije: "Esto no existe en el idioma, soy yo quien ha inventado ésta: "Kuboa". Tiene letras como una palabra. ¿Bondad divina, hijo mío, has inventado una palabra... "Kuboa"... de una gran importancia gramatical!" Veía claramente la palabra ante mí, en las tinieblas.
Permanecí con los ojos muy abiertos, asombrado de mi hallazgo, y reí de alegría. Luego empecé a hablar en voz baja, para que no me oyeran, porque quería guardar el secreto de mi invento. Había llegado a la completa locura del hambre, estaba vacío y no sufría, y ya no tenía las riendas de mi imaginación. Reflexioné silenciosamente. Con los más extraordinarios saltos de razonamiento, me puse a profundizar en la significación de mi nueva palabra. Nada le obligaba a significar "Dios" o "Tívoli", y, ¿quién había dicho que significaba "exposición de ganado"? Apreté violentamente el puño y repetí: ¿Quién ha dicho que significa "exposición de ganado"? Reflexionando bien, no era necesario que quisiera decir "candado" o "amanecer". A una palabra como aquélla no era difícil encontrarle un sentido. Esperaría, tendría paciencia. Entretanto, podía dormir.

Hambre
Knut Hamsun

domingo, 7 de febrero de 2010

El Arriero

El arriero interpretada por los Chalchaleros

"...y prendido a la magia de los caminos

el arriero va... el arriero va..."

Letra y música de Atahualpa Yupanqui

sábado, 6 de febrero de 2010

Partida

Li Kan. Bambú y rocas.
Salimos el veintisiete del Tercer Mes. El cielo del alba envuelto en vapores; la luna en menguante y ya sin brillo; se veía vagamente el monte Fuji. La imagen de los ramos de los cerezos en flor de Ueno y Yanaka me entristeció y me pregunté si alguna vez volvería a verlos. Desde la noche anterior mis amigos se habían reunido en casa de Sampu, para acompañarme el corto trecho del viaje que haría por agua. Cuando desembarcamos en el lugar llamado Senju, pensé en los tres mil ri de viaje que me aguardaban y se me encogió el corazón. Mientras veía el camino que acaso iba a separarnos para siempre en esta existencia irreal, lloré lágrimas de adios:

Se va la primavera,
quejas de pájaros, lágrimas
en los ojos de los peces.

Este poema fue el primero de mi viaje. Me pareció que no avanzaba al caminar; tampoco la gente que había ido a despedirme se marchaba, como si no hubieran querido moverse hasta no verme desaparecer.

Sendas de Oku
Matsuo Basho

viernes, 5 de febrero de 2010

Poemas


Echada sobre cojines de sangre
la rubia nuca de una mujer blanca.
El sol se enfurecía en su cabello
y lamía de arriba abajo sus muslos blancos,
y se arrodillaba en torno a sus senos parduscos,
aún no tocados por vicio y partos.
Un negro junto a ella: ojos y frente
destrozados por uña de caballo. Horadaba
con dos dedos de su sucio pie izquierdo
el interior de su pequeña oreja blanca
Pero ella estaba echada y dormía como una novia:
al borde de la felicidad de su primer amor
y como antes del despegue de muchas ascensiones
de la joven sangre cálida.
Hasta que le
hundieron el cuchillo en la blanca garganta
y le echaron un mandil purpúreo de sangre muerta
alrededor de las caderas.

Novia de negro
Gottfried Benn

«Hay otros mundos..., pero están en éste»

Loretta Lux:"The Waiting Girl". Fuente:Lorettalux

«Il y a un autre monde, mais il est dans celui-ci»

«Hay otros mundos..., pero están en éste»

Paul Éluard

Conversación en La Catedral


Desde la puerta de "La Crónica" Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se jodió Perú?

Conversación en La Catedral
Mario Vargas Llosa

jueves, 4 de febrero de 2010

«La mirada furtiva»

 
Desirée Dolron: Xteriors XII (2001-2008)(Detalle). Fuente:desireedolron
 La definición que da V.S. Pritcher del cuento como “algo vislumbrado con el rabillo del ojo”, otorga a la mirada furtiva categoría de integrante del cuento. Primero es la mirada. Luego esa mirada ilumina un instante susceptible de ser narrado. Y de ahí se derivan las consecuencias y significados. Por ello deberá el cuentista sopesar detenidamente cada una de sus miradas y valores en su propio poder descriptivo. Así podrá aplicar su inteligencia, y su lenguaje literario (su talento), al propio sentido de la proporción, de la medida de las cosas: cómo son y cómo las ve el escritor; de qué manera diferente a las de los demás las contempla. Ello precisa de un lenguaje claro y concreto; de un lenguaje para la descripción viva y en detalle que arroje la luz más necesaria al cuento que ofrecemos al lector. Esos detalles requieren, para concretarse y alcanzar un significado, un lenguaje preciso, el más preciso que pueda hallarse. Las palabras serán todo lo precisas que necesite un tono más llano, pues así podrán contener algo. Lo cual significa que, usadas correctamente, pueden hacer sonar todas las notas, manifestar todos los registros.