martes, 6 de mayo de 2008

Isla de Pascua

Adelbert Von Chamisso
El 28 de marzo de 1816 fue el día de la alegría, de ¡establecer contacto primero con individuos de nuestra atractiva especie y ver cumplirse la primera de las bellas promesa de este viaje! A medida que las cimas de la isla de Pascua fueron surgiendo de las aguas, cubiertas de verde y progresivamente más claras, las polícromas parcelaciones de sus laderas iban dando testimonio de los cultivos en ellas practicados, al tiempo que se hacía más conspicuo el humo que serpenteaba cielo arriba desde las colinas pobladas. Acercándonos a las playas de la bahía de Cook vimos congregarse a los habitantes; y cuando estos botaron dos embarcaciones para salirnos al encuentro, la verdad es que me alegré como un niño, viejo sólo en la medida en que a la vez que me alegraba era feliz y consciente al tiempo de poder hacerlo. Extasiados ante la algarabía de aquellos individuos alborotados como niños, las fugaces impresiones de nuestro desembarco discurrieron como en un delirio.
Aprovecho ahora la ocasión para protestar airadamente contra la denominación de "salvajes" aplicada alos isleños de los mares del Sur. Un salvaje es para mí un individuo que sin vivienda estable, agricultura y animales domésticos, no conoce más posesiones que sus armas, con la ayuda de las cuales sobrevive gracias a la caza. Lo que se atribuye a perversión de costumbres en los isleños de los mares del Sur no me parece a mí fruto del salvajismo sino más bien de una mayor civilización. Los diferentes hallazgos, las monedas, la escritura, etc., que parecen indicados para medir las diferentes escalas de la civilización en que se encuentran los pueblos de nuestro continente dejan de tener validez en condiciones tan distintas y no proporcionan patrón alguno adecuado para evaluar a estas remotas familias humanas insulares, que bajo este fascinante cielo sin ayer ni mañana viven para el presente y el placer.
Viaje Alrededor Del Mundo
Adelbert Von Chamisso

2 comentarios:

Higinio dijo...

Durante el siglo XIX la isla de Pascua fue asolada por bandas de piratas y negreros.Una gran parte de la población fue capturada y obligada a trabajar en la recogida de guano en Perú. La población quedó diezmada, y cuando los gobiernos intervinieron, liberando y devolviendo a la isla a los pocos supervivientes, estos llevaron consigo las nuevas enfermedades contraídas en el Continente y se las transmitieron a los que quedaban en la isla,de ese modo la población quedó de nuevo diezmada.
De uno de los barcos negreros con rumbo hacia el Perú, ya en alta mar,dos isleños cautivos liberándose de las correas saltaron por la borda y nadando vigorosamente se distanciarón del barco.El barco siguió su camino.Y yo confío en que ambos nadadores,
más tarde o más temprano, arribarán a su añorada isla de Pascua.

Ar Lor dijo...

Habla con los tiburones, seguro que ellos saben algo.